En ningún momento, durante los más de 20 años de amistad personal, Wim Wenders y Pina Bausch abandonaron su idea de hacer juntos una película de danza. Pero, no fue hasta ahora, cuando gracias a las posibilidades ofrecidas por la tecnología digital del 3D, encontraron la plasticidad y la expresividad emocional que durante tanto tiempo habían buscado para poder llevarla a la gran pantalla. Ya es posible reproducir en el cine la dimensión del espacio. Esa dimensión en la que el movimiento y la danza tienen lugar, y en la que el 3D puede meter al espectador a un viaje de descubrimiento sensual.
Estreno viernes próximo !