Pinceladas de Madrid

Por Magiaenelcamino @magiaenelcamino

Estamos en Madrid pero no me siento de viaje.

Es raro.

Hace más de 10 días que llegamos, pero yo siento que no estoy viajando. Estoy fuera de casa, estoy con las mochilas, estoy durmiendo en casa de familias a través de couchsurfing y en hoteles, pero siento que no estoy viajando. O que lo estoy haciendo “a medias”. ¿Pero qué significa “estar viajando”? Esta pregunta me llevó a reflexionar sobre qué significa estar de viaje. Y eso se los cuento en este post.

Madrid es una ciudad que me resulta muy familiar. No sé si será por el idioma (a pesar de que usamos palabras diferentes y el acento no es el mismo). No sé si será por la arquitectura, tan parecida a la de algunas zonas de Buenos Aires. No sé si será porque ya la visité en otra oportunidad. No sé si será porque estuvimos alojados una semana en la casa de una familia que nos hizo sentir como en casa y que no hubo grandes cambios en nuestra rutina con Tahiel. No sé si será por la cantidad de veces que escucho el acento argentino por día…
No sé qué será, pero estos días en Madrid siento que todavía no estamos viajando. Si lo pienso un poco más, puede ser que la sensación venga por el lado de nuestras actividades. No tuvimos mucho tiempo para recorrerla, para caminarla, para mirar un mapa, porque estuvimos pendientes del libro, de las presentaciones en los círculos de magos, de la visita a casas de magia, de la primera vez de Dino haciendo un show callejero, de la participación en las Jornadas de los Grandes Viajes, de los mails, del viaje a Plasencia para participar en el Travel Blogger Meeting y tantas cosas más.

Pero por suerte, entre las reuniones, las presentaciones, las entrevistas, las charlas y el tiempo que siempre nos demanda Tahiel, nos quedaron algunos huecos para ver pinceladas de la ciudad, que se las compartimos con fotos y pequeños textos.

Balcones, terrazas, fachadas

Una de las cosas que más me gustó de la ciudad es la cantidad de pequeños balcones. Muchos de ellos se llenan de flores en primavera. Además, muchas fachadas de edificios tienen hermoso trabajos en ladrillo y cerámica.

Paseo del Retiro
Se usa toda la semana, pero los fines de semana “explota” de gente. Ideal para pasar un rato relajado con familia y amigos. Dino hizo su primer show de magia callejero allí.

Calles angostas

Cuando visitamos Madrid por primera vez, hace varios años, caminamos muy poco por sus calles angostas. Solo estuvimos tres días que los dedicamos a los museos, a la visita de amigos, a comer en el Museo del Jamón y a ayudar con las compras a unos amigos. Esta vez, pudimos perdernos entre sus calles angostas y decubrir nuevos rincones, como una casa de magia de la que Dino salió enamorado.

Grandes avenidas y nombres conocidos

La Gran Vía es una de las principales avenidas de Madrid. Mucha de su arquitectura me recuerda a ciertas avenidas de Buenos Aires. Pero existen otras como la del Prado.
A medida que uno camina por estas avenidas aparecen nombres “conocidos” como Callao, Plaza del Sol, Cibeles, Atocha…

Detalles

Los carteles de las calles de algunos sectores de la ciudad tienen el nombre acompañado por un dibujo alusivo.
Muchos negocios decidieron pintar sus persinas con dibujos/grafitis con motivos relacionados con su rubro, para que cuando la persiana esté baja se pueda apreciar el dibujo y nadie le pinte cualquier cosa.
En muchas paredes, persinas, caños y puertas se ven pegatinas con teléfonos de cerrajeros.

El Rastro

Una de las canciones más bonitas y que más me emocionan de Joaquín Sabina es “Con la frente marchita”. Allí, habla de el Rastro. Cuando estuve en Madrid por primera vez no pude conocerlo. Esta vez, Ana, la mamá de la familia que nos alojó, nos llevó a conocerlo. Llegamos a eso de las 14, cuando ya casi todos sus puestos estaban cerrando, pero igual me imaginé ese lugar lleno de gente, de ruido y de historias de amor como la que cuenta Sabina.

 Vendedores ambulantes e inmigrantes

En el centro de la ciudad es muy común ver vendedores ambulantes que apoyan sus productos sobre telas blancas con hilos. Cuando escuchan o ver llegar a la policía, tiran de los hilos/cuerdas, la tela se cierra como un bolso y se van.

Plaza de toros

Más allá de que muchos estén en contra de las corridas de toros, todavía forman parte de la cultura del país y de la ciudad. Durante una semana estuvimos viviendo a dos cuadras de la Plaza Mayor de Toros, en Ventas.

Para finalizar este fotopost les dejo algunas imágenes sueltas de la ciudad: el oso y el madroño, símbolo de Madrid; recuerdos de la ciudad; cartel de la Mallorquina, una de las mejores confiterías según nuestros amigos madrileños; un agujero para observar las actividades en un centro cultural y la comida con jamón, imperdible en una estadía por acá.

Esperamos que hayan viajado por Madrid a través de estas imágenes. Los invitamos a acompañarnos en #europamagica2015.

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