De aquella gira se grabó el directo Pulse, a la venta un año después.
El principio con ese piano de Wright, para que luego entren bajo y voz es una delicia. Así de genial se han cerrado pocos discos, con ese largo increscendo instrumental dominado por el sólo fantástico de David Gilmour.Y esa letra... con ese principio demoledor... Mas allá del horizonte del lugar
que vivimos cuando éramos jóvenes
en un mundo de imanes y milagros
nuestros pensamientos se estrellan constantemente
y sin fronteras.
Disfrutad del vídeo original.
Y de la versión en vivo del disco Pulse.