Como decía, se trataba de un arte que comenzó en el siglo XVI. No fue hasta el siglo XVIII cuando Elias Prunner inventó una técnica especial de pintura para fina y transparente telaraña, pintando en 1765 a la emperatriz Maria Teresa I de Austria. Su aprendiz Johann Burgmann se convirtió con sus paisajes y obras devocionales en uno de los exponentes de esta técnica, como lo fueron Johann Ruep de Taufers, Ignatz Faber, Johann Georg Prunner o Johann Hofer. Sin embargo, tras su muerte en 1825, se redujo la demanda
A finales del siglo XIX, varios marchantes de arte comenzaron a vender miniaturas pintadas en tela muy transparente como recuerdo a la que llamaban "pinturas en telarañas". Franz Unterberger de Innsbruck empleó a artistas locales para producir pequeños retratos de Philippine Weiser, quien se casó en secreto con Fernando II de Austria y se asentó cerca de Innsbruck, a los turistas. También se pintaron motivos populares como escenas de tirolenses con los trajes tradicionales, flores y paisajes alpinos. Fueron exportadas en gran cantidad a Inglaterra, Alemania y Norteamérica, pero con el comienzo de la primera guerra mundial, la técnica vio un segundo final.
Actualmente se conservan unas 100 obras en colecciones privadas, museos y conventos. Por su transparencia, la imagen, soportada en un marco de cartón, puede verse por ambas caras. Sin embargo, solo una pequeña porción de estas obras estaba fabricada realmente con tela de araña. La mayoría usaba seda de las oruga de la polilla Yponomeuta evonymella, que enredan su seda en torno a las ramas del cerezo aliso (Prunus padus). Esta seda es más resistente y fácil de manejar que la tela de araña, pero bastante similar.
Esta tela está formada por fibras dobles decusadas de 1-3 µm de diámetro pegadas entre sí con sericina. Se extraía de las ramas con un cuchillo y se separaba con las yemas de los dedos. Se lavaba y encolaba con leche diluida en agua para obtener una tela más resistente. Entonces se estiraba entre dos marcos de cartón. Los tratados históricos indican que se pintaba con acuarelas, pinceles finos con tinta china y con planchas de grabado. Aún así, eran pinturas delicadas que podían mostrar agujeros y desgarros, o perder color por la exposición a la luz ultravioleta o la acumulación de polvo entre sus fibras.
Fuentes: Aux fils de l'art, iiconservation, Wikipedia