Algunos no podríamos hacer esto siquiera con las manos, por lo parece especialmente meritorio que ella lo haga con una parte de nuestra anatomía tan poco habitual. Entre otras dificultades, los distintos tonos hay que conseguirlos cambiando la presión de los labios sobre el lienzo y por otra parte, la perspectiva de la obra se pierde en cada aproximación.
Según figura en su web, la joven Natalie fue una niña prodigio. Su magia en el dibujo, la pintura y la escultura, realmente no tenían límites. Su inteligencia, una larga cabellera rubia y un rostro angelical, le añadían un especial magnetismo de artista.
Una fatídica noche de octubre, la señorita Irish fue atacada por una enfermedad debilitante y poco conocida, que la hizo estar hospitalizada durante semanas. Finalmente salió de la clínica, pero actualmente depende de una máquina a la que tiene que estar conectada varias horas al día para mantenerse con vida.
A continuación una demostración de cómo confecciona una de sus obras y si os quedáis con ganas, en los siguientes enlaces otra de sus obras y un autorretrato.
Web de Natalie Irish.
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