En Liviv montó una planta de producción en la que debía hacer pruebas sobre seres humanos con la finalidad de obtener lo mejores resultados para la vacuna, con el fin de contener el Tifus. El Tifus se propaga a través de los piojos y las pulgas y era un problema serio en los campos de concentración que empezaban a crecer en Polonia. De este modo Weigl tuvo la posibilidad de contar con un buen número de "cobayas" con las que experimentar.
El método para la obtención de la vacuna se hacía mediante la cría de piojos sanos a los que tras 10 o 12 días se le infestaba de Tifus. Tras alimentarles durante otros 5 días más se le extraía el intestino medio y este se molía en una pasta, que era la la vacuna.
Para evitar contagiarse, los alemanes no intervenían en los experimentos y Weigl consiguió que casi mil personas trabajaran en la planta de producción y el instituto de investigación. Entre los trabajadores había intelectuales polacos, judíos y miembros de la resistencia polaca, protegidos por un empleo ficticio en las instalaciones.
La realidad era bien distinta. Los supuestos apestados, no corrieron ningún peligro. Todo era un engaño. En muchas de las "Jaulas de Piojos" tan solo había aire y además los sujetos estaban vacunados. Además, el científico proporcionó, por medio de una red clandestina, vacunas contra la enfermedad a la población de los guetos de Varsovia y de Liviv. Gracias a esta estratagema alrededor de ocho mil personas lograron sobrevivir al Holocausto hasta que los soviéticos llegaron a Liviv en 1944.
Finalmente, la vacuna desarrollada por Weigl, fue mejorada por otras mas eficaces y menos peligrosas y costosas de producir a gran escala.
Weigl falleció en 1957 y en 2003 fue reconocido como Justo entre las Naciones.
Para saber más:
IWOW
Polish Righteous
ABC
MedlinePlus
IMUS
El Español