Gerard Piqué ejerció su derecho a decidir en Europaen un partido soporífero en el que el Barcelona hizo lo justito para ganar a un rival que compareció en el Camp Nou pensando que iba a llevarse una goleada y que cuando se quiso dar cuenta de que podía empatar, vio que ya era demasiado tarde. Ganó el Barça gracias a un gol de Piqué en jugada a pelota parada tras una falta sacada por Leo Messi. Suficiente botín para liderar el grupo de salida y aprovechar el tropiezo del PSG, que fue incapaz de pasar del empate en su visita al Ajax.El Barcelona fue víctima del discurso de Luis Enriqueen la previa. Dijo el entrenador asturiano que para él, el debut en la Champions era un partido como otro cualquiera y que la “bandera de estrellitas y la música” que se ponen antes de estos partidos “no le decían nada”. Quedó claro que a sus jugadores tampoco. Si planteas el partido como el Gamper, pues juegas como el Gamper, no como su fuera la Copa de Europa.
Ganó el Barça sin agobios, pero perfectamente se pudo llevar un susto. Y lo que es peor, en su debut europeo, el equipo blaugrana destilo un aire funcionarial innegable del que únicamente se salvaban algunos de los debutantes.
Porque en un alarde de confianza en su plantilla, Luis Enrique se tomó el primer partido de la Champions como si fuera el primero de la Copa del Rey y decidió darle un vuelco a la alineación. De entrada, dejó fuera de la lista a Busquets, Mascherano, Pedro y Jordi Alba, que se supone que tiene el sitio asegurado el próximo fin de semana. A cambio, le dio a Ter Stegenla oportunidad de debutar y el alemán cumplió de sobras. No tuvo mucho trabajo, pero el que tuvo lo solventó a la perfección, especialmente, un disparo de los chipriotas en el tramo final del partido que bien hubiera costado un serio disgusto. También compareció por primera vez Sergi Samper, que está predestinado a seguir la estirpe de los ‘4’ creados en la Masia. Lo hizo bien al tiempo que dejó claro queBusquets sigue siendo insustituible en este equipo. También Sergi Roberto tuvo una oportunidad que volvió a desaprovechar de manera lamentable.
Planteó el Barcelona un partido al trantran ante un rival timorato y lo acabó ganando casi sin darse cuenta. El gol de Piqué justo antes de la media hora de partido fue casi una declaración de tregua por parte de ambos equipos. Unos daban la impresión de no querer correr más y los otros parecían conformarse con una derrota por la mínima.
Tras ese gol, el Barça apenas tuvo intensidad y ritmo.Munir, desaparecido respecto a otras actuaciones, marcó un tanto que fue anulado por fuera de juego en la segunda parte demostrando que su oportunismo de cara a gol va más allá de si el equipo juega bien o juega mal. Siempre está con la caña a punto.
Por su parte, Messi y Neymar se buscaron sin intensidad. Algunas buenas combinaciones hilaron, pero sin la rabia de un partido decisivo. Como el resto del equipo, jugaron con el freno de mano puesto y tuvieron suerte de que los chipriotas no se dieron cuenta de la molicie barcelonista hasta el tramo final del encuentro al que se llegó con nervios en el público, que aburrido, vio la peor versión del Barça en lo que va de temporada. Pero igual de efectiva.