Piratas, bucaneros, corsarios y filibusteros

Publicado el 17 febrero 2014 por Víctor Barrera Alarcón
A la hora de hablar de las distintas formas de la piratería americana hemos de saber que nos movemos entre el período comprendido entre la primera mitad del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVIII. En estos doscientos años la mítica figura del pirata se constituyó como un símbolo de una época concreta, exaltado por novelas y leyendas que desde el romanticismo hasta el día de hoy dan rienda suelta a la imaginación.No obstante, si hemos de hablar de la piratería americana sería conveniente explicar las diferencias entre piratas, corsarios, bucaneros y filibusteros. Se suele utilizar estas denominaciones como sinónimos, sin tomar en cuenta que se refieren a personajes muy diferentes:Si nos remitimos a la información aportada por Manuel Lucena, el pirata sería aquel que...
"(…) Que robaba por cuenta propia en el mar o en sus zonas costeras (...) es un enemigo del comercio marítimo en general porque se mueve exclusivamente por su afán de lucro, sin discriminar ningún pabellón nacional". [Era, por tanto, un hombre que se situaba al margen del sistema imperante en la época. En su mayoría los piratas eran gentes pobres, miserables, delincuentes, vagabundos, desertores o perseguidos por sus ideas.] " (...) a la piratería se llegaba por necesidad, difícilmente por vocación (…)".
Por otro lado tenemos al corsario, un marino particular contratado y financiado por un Estado en guerra para causar pérdidas al comercio del enemigo y provocar el mayor daño posible en sus posesiones. Es decir, aceptaba las leyes y usos de la guerra y ofrecía una fianza en señal de que respetaría las ordenanzas de su monarca. La actividad corsaria finalizaba al momento de firmarse las paces entre las potencias beligerantes.Propiamente americanos fueron los bucaneros en un primer lugar y los filibusteros posteriormente. Los primeros aparecieron desde 1623 en partes deshabitadas de La Española, que poseía gran cantidad de ganado cimarrón. Estos personajes cazaban el ganado, que luego era asado y ahumado (lo que era conocido como “bucan”, de ahí les vendría dado el nombre). Muchos de ellos se hicieron piratas, aunque continuaron auto designándose bucaneros, otros siguieron dedicados a la caza y venta de productos ganaderos.Un filibustero sería entonces y teniendo en cuenta lo anterior, aquellos bucaneros que abrazaron abiertamente la piratería, fenómeno exclusivo del Caribe que tuvo su momento más importante en la segunda mitad del siglo XVII. La principal guarida de los filibusteros fue la pequeña isla Tortuga, ubicada al noreste de La Española.Si hablamos de los filibusteros del Caribe hemos de mencionar mínimamente al menos a la Cofradía de los Hermanos de la Costa, agrupación gremial masculina que asoció a los filibusteros con la finalidad de garantizar a sus miembros el libre ejercicio independiente de tal profesión. En dicha hermandad no existiría la propiedad individual sobre tierras y barcos, los cuales eran considerados bienes comunales. Los miembros de la cofradía sólo eran propietarios de sus pertenencias y de una parte del botín. Cuando alrededor de la última década del siglo XVII se empezaron a perder estas costumbres comunitarias esta asociación desapareció.El filibusterismo fue aprovechado por los países de Europa occidental en su pretensión colonialista. Las potencias les brindaron refugio y ayuda a cambio de la cual se convirtieron en serviles a sus propósitos. Por lo tanto podríamos afirmar que el filibustero se trataría de un pirata “semidomesticado” y sujeto a las normas y las leyes de alguna de las potencias coloniales del momento, unidos por una interdependencia basada en la reciprocidad.

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