Piratas en tierra de nadie, en tierra de todos

Publicado el 14 abril 2013 por Carmentxu

El PP ha abierto un poco más el coladero de los pecados urbanísticos, ahora en el litoral, y avanza en la privatización de la costa. Una enmienda a la nueva Ley de Costas, aprobada en 1988, reduce en la práctica la zona de litoral protegido de cien a 20 metros, con lo que las viviendas que se sitúan en esos 80 metros pasarán a tener prácticamente plena libertad para hacer obras y cambios en su estructura. El control de los desmanes estará en manos de ayuntamientos, a los que les va a costar mucho decir no cuando las obras y cambios de estructura supongan mayores impuestos a unos erarios públicos que ahora nadan en la miseria. Estos estarán controlados por las comunidades autónomas, más endeudadas todavía.

Como hace millones de años hicieran los anfibios, los piratas se han adaptado muy bien a tierra. Están dejando de navegar en las aguas saladas que oxidan los cascos de sus buques para acabar en algún puerto antes seguro, donde ahora merodean espías a la captura de botines escondidos, de cuentas opacas, fruto de sus tropelías en un mar abierto, desregulado, sin bandera, jurisdicción ni ley, como si de un mercado se tratara, donde comprar, vender, especular y atisbar oportunidades con el catalejo. Ahora, amarrados en puerto, reponen víveres, beben y duermen mientras sueñan, ya borrachos, con nuevas ganancias. De día, expolian lo de todos, arañando el litoral con sus patas de palo, dañando a la vista con su dentadura sucia y mellada, hiriendo los sentidos con su pestilente olor a ron y violentando a los prudentes con  sandeces. Y ni tan siquiera podemos ir a su guarida a pedir cuentas porque eso es escrache, se indignan y lo consideran nazismo puro, tanto como su avaricia y su ignorancia.