¿Qué les parecería a esos ladrones, que probablemente también trabajan y cobran una nómina, que alguien les asaltara a las puertas del banco y se apoderara sin más de los beneficios obtenidos con su esfuerzo?
¿Y si fuésemos a un restaurante y después de comer abandonásemos el local sin pagar la cuenta? ¿O pretendiéramos entrar al cine o al teatro sin pasar por taquilla?
No solo nos parecería mal sino también absurdo ¿verdad?. Todos sabemos que el trabajo y los servicios deben pagarse, que tienen un coste y que hay personas que viven de ello honradamente.
Los piratas justifican sus acciones aduciendo, entre otras razones, que:
2- Piratear es fácil. (Igual de fácil que clicar en una página de pago).
3- El precio de los productos es caro. (¿Pagar 3€ por un libro es caro? ¿Cuánto cuesta una cerveza?)
Y hay infinidad de justificaciones más, a cual menos convincente, que se podrían rebatir una por una.
Lo cierto es que piratear no está mal visto, al contrario, eres listo si no pagas por lo que quieres y si lo haces eres tonto. Arrancarle el bolso en la calle a una anciana o robarle la cartera a un transeúnte ya está más feo, ¿no? Pues es lo mismo, tanto lo uno como lo otro es robar, así de simple.
Las páginas piratas roban el trabajo de otros y se lucran de él sin que el autor obtenga ningún beneficio y además pierde la oportunidad de obtenerlo con ventas legales.
Soy una trabajadora como cualquier otra y tengo facturas que pagar. ¿No tengo derecho a vivir de mi trabajo como todo el mundo?
Sé que esta entrada puede ser polémica y puedo crearme enemigos. Bueno, no me importa mucho si los lectores piratas dejan de leer mis libros; me importan mucho más los que valoran mi trabajo y mi esfuerzo y me lo demuestran pagando un precio justo para que pueda seguir escribiendo.
Lo único que pretendo es que reflexionemos un poco al respecto y esperemos que tome medidas quien deba de hacerlo para proteger la Cultura y a sus creadores.