Pisando charcos

Por Asturianinos @asturianinos

Otro fin de semana pasado por agua. No hay cosa que más rabia me dé,  que lleves planeando algo toda la semana para hacer con los niños, la familia y los amigos, y que llegue el “finde” y le dé por llover y no pare ni un minuto.

Llevábamos pensando una actividad para este fin de semana, claro está que era al aire libre, y por culpa del agua lo hemos tenido que posponer para más adelante, pero esto ya os lo iré contando.

Así que llega la gran pregunta, ¿Qué hacemos con todo lo que llueve?, llevamos a los niños a una ludoteca con lo que conlleva y te dejas una pasta si lo que quieres es pasar toda la tarde (ya que una hora no les da para nada), a un museo sí, pero a veces no te apetece, además este otoño ya hemos visitado unos cuantos y a los niños les gustan, pero sin saturarlos.

Entonces qué,  ¿nos quedamos en casa?. Pero los niños lo quieren es estar con sus amigos, así que o los invitas a casa, o no te queda otra que darle a la cabeza. Pues eso hicimos, le dimos a la cabeza y se nos ocurrió algo que ya hemos hecho en otras ocasiones (aunque aún no os las habíamos contado). Llevamos a los niños a pisar charcos.

Antes de que penséis que a veces se nos ocurren cosas muy raras, pensar  un momento. ¿Cuantas veces habéis tenido que frenar a vuestros hijos porque ha visto un charco y lo único que quiere es meterse dentro (eso si habéis tenido suerte y no se os habían metido ya)? Por eso, viendo que no paraba de llover y que sabíamos que no iba a parar, cogimos a los niños, les pusimos la ropa de la nieve, botas de agua y el chubasquero y nos pusimos en marcha.

Os recomiendo, que si os animáis alguna vez a llevar a los niños a pisar charcos, escojáis  algún sitio no muy concurrido, que no se os vea mucho. Esto lo digo solo por lo que puedan pensar los demás (de locos para arriba, jeje…). Nosotros en esta ocasión, no lo pasamos tan bien como los niños, esta vez fuimos espectadores  (aunque algún papa sí que se mojó), pero los niños disfrutaron como lo que son, niños.

Pisaron todos los charcos que quisieron, cuanto más grandes mejor, saltaron e incluso les sacamos una pelota y estuvieron jugando un partido de futbol.Qué bien lo pasaron y que pingadura cogieron. Acordaros que para esta actividad, el llevar ropa de cambio es imprescindible y si es más de una mejor todavía, ya que siempre hay algún niño que nada más llegar, se va a caer en el charco más grande. No falla.

Pues como veis, aquí tenéis otra manera de pasar una tarde con lluvia. Rara sí, pero muy divertida y baratita (si no contamos las lavadoras que tendremos que poner al llegar a casa).

Al acabar, mientras cambiábamos de ropa a los niños, les preguntamos si les había gustado eso de ir a pisar charcos y la respuesta fue un rotundo sí de parte de todos los niños. Después,  un chocolatito con churros para calentar y para casa. Una tarde genial para los niños, ellos la recomiendan.

Un saludo de Asturianinos.