pistilos

Por Aceituno

Aparentemente me encuentro bastante mejor, pero claro, solo es una ilusión y en realidad hay más verdad que la que se ve en la superficie. En cuanto uno escarba un poco en seguida se da cuenta de que la verdad profunda es mucho más despiadada y no se casa con bobadas superficiales y condescendientes. Así sucede en este caso y así sucede, creo yo, en casi todos los órdenes de la vida.

Conozco mucha gente que se queda en la superficie. Demasiada. Gente mediocre que no es capaz de llegar un poco más lejos fundamentalmente por dos motivos: por miedo y/o por ignorancia. Esa gente a mí no me suele caer bien precisamente porque se quedan ahí, en ese lado ambiguo y estúpido de quien no tiene nada que perder porque no se arriesga a poner nada en juego. Es gente que no se define y cuyos gustos son volubles y vacíos, como sus opiniones, sus creencias y sus formas de vida.

Está claro que yo no soy nadie para dar lecciones, faltaría más, tan solo me limito a observar y luego escribir mis impresiones sobre lo que observo, pero lo hago de forma honesta, es decir, opinando sin más, pese a quien pese, sin importar si caigo bien o no, o si habrá más o menos personas de acuerdo con lo que digo. Solo intento que la redacción sea correcta y ordenada para que todo se entienda bien y listo. Que sea lo que tenga que ser. Y así deberíamos actuar todos: de manera limpia y transparente, arriesgándonos a meter la pata y estando dispuestos a pedir perdón si la metemos.

También es importante saber que todo el mundo tiene derecho a opinar lo que le de la real gana ahora, y lo contrario mañana. No debemos casarnos con nuestras creencias porque la certeza genera debilidad. Es en el terreno inhóspito y ambiguo de la duda, donde encontraremos las armas y la fuerza suficientes como para emprender nuestro glorioso camino hacia el éxito y después hacia la muerte. Debemos opinar con claridad y asumiendo riesgos, incluso el riesgo de cambiar de opinión. Solo que, claramente, hay que fundamentar lo que uno opina. De lo contrario nos tomarán por unos simples charlatanes que se arriman al árbol que más cobija y nadie nos querrá a su lado.

La imagen de hoy es curiosa. Son los pistilos de una flor. La he procesado de diferentes formas, alterando el color porque me parecen muy atractivos los resultados. Supongo que mañana o pasado publicaré los pistilos normales y corrientes junto a otra imagen de la flor para que se entienda bien, pero hoy quería opinar así, de esta forma, con esta serie de fotografías honestas en las que va todo mi corazón y parte de mi alma.

Aquí si que hay profundidad. Toda.