Hoy os traemos una receta más elaborada pero igualmente deliciosa. Como la última vez, en colaboración con Adrián, mi chico, que está hecho un cocinillas. La hemos llamado pisto especial con garbanzos. No es de las más ligeras, pero eso si , es vegana y todo un gusto para nuestro paladar.
El otro día vinieron a visitarnos mi hermano con su novia, que viven en Murcia, y también estaba aquí mi madre, así que aprovechamos para llevarlos a comer a un restaurante vegetariano del barrio. El restaurante se llama El Triángulo de las Verduras, y la verdad es que sus platos están deliciosos, tanto que los no-vegetarianos los disfrutaron también muchísimo. Y entre todas las cosas nos pusieron una pequeña tapa de esta especie de pisto con garbanzos y muy especiado. A Adrián le gusto tanto, que esta semana tuvo que probar a prepararlo en casa, y el resultado fue realmente parecido. Así que aquí va nuestro homenaje a nuestros amigos del Triángulo, que por cierto, os voy a dejar su dirección por si venís a Madrid y os apetece daros una vuelta por allí: C/ Antillón, nº 1, 28011, Madrid. Metro Puerta del Ángel. 100% Recomendado!!
Y sin más dilación, vamos con la receta de este Pisto Especial con Garbanzos.
Ingredientes (para 4 personas):
- 1 zanahoria
- 1 calabacín mediano
- 1 berenjena
- 1 cebolla
- 3 tomates medianos
- 100 gr de garbanzos cocidos
- 1 bote de pimiento del piquillo
- 4 dientes de ajo
- sal
- pimienta negra
- comino
- aceite de oliva
¡A cocinar!
Salteamos dos ajos picados con un poco de aceite que tendremos calentándose a fuego fuerte, cuando estos estén dorados añadimos la cebolla cortada muy fina. Cuando la cebolla empiece a verse transparente echamos el calabacín, la berenjena y la zanahoria, pelados y cortados en tacos pequeños. Bajamos el fuego y lo sazonamos al gusto, en este punto también se le pone pimienta, la idea es que esté un poco picante, por lo que seremos generosos con la pimienta, aunque esto también va al gusto de cada uno. Adrián siempre dice que no se puede cocinar sin ir probando lo que hacemos, así que empieza con poco, prueba y ve corrigiendo. Cocinamos a fuego medio/bajo hasta que la verdura esté en su punto.
A los tomates les quitamos la pulpa para que no tengan pepitas y los cortamos en trozos. Y se sofríen con otros dos dientes de ajo en un poco de aceite de oliva a fuego fuerte. Salpimentamos. Cuando ya están blandos, se retiran del fuego y se trituran con la batidora. A esta mezcla añadimos los pimientos del piquillo cortados en tiras y dos cucharaditas de comino. El comino es lo que da a esta receta el toque distintivo. Se vuelve a poner a fuego medio para que los sabores se mezclen bien. Cuando lleve unos 5 minutos, añadimos también los garbanzos cocidos. y dejamos otros 5 minutos.
Finalmente mezclamos ambas elaboraciones y listo para servir y disfrutar!
¡El toque maestro!
Si además quieres lucirte, puedes ponerle un detalle crujiente. No es imprescindible, pero sirve para darle el toque gourmet
Cocinamos al vapor una cebolla mediana cortada en tiras finas (en juliana), también se puede hacer escaldada. La escurrimos muy bien en una servilleta y rebozamos en harina. Se quita el sobrante y se fríe en aceite a fuego medio-alto. Es decir, que no esté al máximo. Mientras están en el aceite tenemos que remover en círculos para que no se peguen unas a otras. Cuando tomen un tono dorado las sacamos y ponemos en papel absorbente para que suelte el exceso de aceite. Y ya tenemos nuestro crujiente de cebolla.
Espero que os guste esta receta tanto como a nosotros, y que si la probáis lo compartáis en los comentarios. Sería genial saber que os ha parecido!