De los rasgos que indican pizpiretismo a nivel de imagen personal destacan la doble coleta, leotardos de colorines.
Otro rasgo inequívoco es llevar estos vestiditos en verano, y debajo, braguitas blancas.
Distintas y variadas muecas, desde enseñar la lengua, ladear la boca, hacer círculos con los ojos a lo Marujita Díaz o un sutil y bello movimiento de sus frágiles dedos hacia su dulce cabellera en forma de cascada. Remolinos que se retuercen y nacen y vuelven a retorcerse.
Siempre saluda con un abrazo y una gran sonrisa. A menudo te dirá palabras como pobrecito o hara sonidos tiernos o ñoños para llamar tu atención.
Si bebe se pedirá una limonada y la beberá siempre con pajita. Meriendan chocolate con menta, o un trozo de tarta y un batido.
La pizpirencia se va perdiendo paulatinamente desde los 18 a los 28 años y son remplazadas por otras más jóvenes. Depende de la genética de cada una, pero en general entre los 25 y los 30. Algunas pocas, antes y otras tantas después, pero contadas.
A la que las desfloran y empiezan a tragar grumo ya es un cuesta abajo y sin frenos hacia la derroición total.
Si aprenden a cocinar lentejas justo cuando pierden la pizpirencia, tampoco se pierde tanto. El problema es que pierdan pizpirencia sin aprender a cocinar lentejas.