Lo de blanca ya sabéis que le viene por que no lleva tomate y dependiendo de los ingredientes con que se acompañe la pizza, es mejor opción. En esta ocasión, yo no veía que el tomate le hiciera muy buena compañía a estos Rebozuelos, Chanterelles o como quiera que se les denomine a estas setas en cada uno de los rincones de esta península. Y es que no sé que les ocurre a las setas pero, la misma especie, tiene un nombre diferente dependiendo de donde te encuentres.
Y no sé a vosotros, pero a mí esta Pizza me resulta muy de otoño-invierno, vamos, para cuando hace frío y apetece acompañarla con un vino de esos acariciapaladares. Mmmm, reconforta el estómago y el alma.
¿Os cuento un secreto? A veces preparo doble ración de masa y la congelo, sin extenderla, luego es cuestión de descongelarla con tiempo suficiente, mantenerla un buen rato a temperatura ambiente y extender. Así si que no me da pereza preparar una pizza un viernes, aunque llegue casi destrozada de la semana laboral, o cuando hay cena informal con amigos en casa.
Y en las recien pasadas Navidades, no todas las cenas iban a llevar platos de fiesta, ni en todas las reuniones los protagonistas fueron los mariscos, foie y platos de costosa elaboración, cosa que a veces, hasta se agradece.
Por cierto, la masa de la pizza la preparo con el robot de cocina Thermomix por comodidad y rapidez, de otra forma creo que no la prepararía la mitad de las veces. Si no disponéis de robot de cocina, podéis adaptar la receta, se trata de tirar de músculo y amasar un ratito, y si disponéis de otro procesador de alimentos, estoy segura que podréis hacer la adaptación. Ya me contáis.
CON THERMOMIX
INGREDIENTES:
- 250 gr. de Rebozuelos
- Media docena de Espárragos
- 125 gr de queso Mozarella (rallado)
- 1 Cebolla Mediana a rodajas finas
- Sal y pimienta
- 200 gr. Agua
- 50 gr. Aceite de Oliva
- 20 gr. de Levadura fresca
- 400 gr. Harina de fuerza
- Orégano
- 1 cucharada de Tomate deshidratado y vuelto a hidratar en aceite (opcional)
- 1 cucharadita de sal
- Incorporar el tomate deshidratado a la masa es opcional, pero a mí me gusta añadirle sabor a las masas, por eso a veces le agrego el orégano, otras veces un toque picante y esta vez el tomate deshidratado. Para ello, cuando compro los tomates deshidratados los pongo en un recipiente hermético con aceite. Cuando llevan unos días, los trituro junto con el aceite, quedando así bien picaditos y los vuelvo a guardar en el recipiente hermético. De esta forma me resulta muy fácil coger una cucharada de tomate deshidratado ya en aceite bien picadito y añadírselo a mis platos de pasta, verduras, ensaladas, cremas y en esta ocasión, a la masa de la pizza.
Y ahora que ya os he contado este truco, seguimos con la preparación de la pizza.
- Introducir en el vaso el agua y el aceite. Programar 30 seg./Temp. 37ºC/Vel. 1.
- Añadir la levadura y programar 15 seg./Vel. 1
- Incorporar la harina, una cucharada de tomate deshidratado ya en aceite bien picadito, una cucharadita de orégano y la sal. Programar 1 min/Vaso cerrado/Vel. espiga.
- Retirar la masa del vaso, introducirla en una bolsa de plástico o cubrirla con un paño de cocina, y dejar reposar hasta que doble su volumen (mínimo 30 minutos).
- Mientras, en una sartén saltear los rebozuelos y reservar. Cortar a rodajitas los espárragos, dejando en un trozo más grande la parte de la yema del espárrago, saltearlos en una sartén con un chorrito de aceite y sal. Deben quedar al dente. Reservar.
- Dividir la masa en dos y extender cada una de las bolas de masa con el rodillo, después con las manos, extenderlas por los Moldes de Pizza. Yo las divido en dos, pero también podéis hacer una muy grande rectángular, por ejemplo. Distribuir el queso por las pizzas. Añadir la cebolla, espolvorear con un poco de pimienta y sal, y agregar los rebozuelos y los espárragos que teníamos reservados.
- Meter en el horno 20 min. a 220ºC, previamente precalentado (tiempo aproximado dependiendo del horno).
- Sacar del horno y echar un chorrito de aceite de oliva por encima.
Bon Appétit!