Aunque he de confesaros que esta vez he hecho un poquito de trampa y la que os muestro aquí la preparé antes de navidades jeje pero, como ya os he dicho, he tenido que esperar a que se me pase el sentimiento de culpa post-navideño para poder mostrárosla ¡con lo rica que estaba!
Ingredientes (para 4 raciones)
- 250 gr. de preparado para pizza (harina con la levadura incorporada)
- 125 ml. de agua templada
- 3 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
- 1/2 cucharada pequeña de sal
- 200 gr. de queso provolone
- 200 gr. de lacón
- Pimentón dulce al gusto
- Pimienta molida
- Aceite de oliva virgen extra
Para ir un poquito más rápido yo usé la KitchenAid para hacer la masa, pero si queréis hacerla a mano os dejo el enlace a esta receta para que veáis como preparé la masa sin batidora, os aseguro que no se tarda nada y queda igual de buena.
Si hacéis la masa con la batidora, tenéis que meter en el bol la harina, la sal y el agua templada y batir durante un par de minutos. Pasado este tiempo añade las 3 cucharadas soperas de aceite y sigue batiendo unos minutos más hasta que se convierta en una masa homogénea y no esté pegajosa.
Pasado este tiempo, pon a precalentar el horno a 240ºC calor arriba y abajo.
Cubre la bandeja del horno con papel para hornear, vierte unas gotas de aceite y extiéndelo por toda la superficie, así evitarás que la pizza se pegue. Coloca la bola de masa encima y con las manos untadas en aceite estírala hasta cubrir toda la superficie o hasta que tenga el grosor que más te guste.
Corta el queso a dados, repártelo por toda la masa y añade un poco de pimienta molida por encima...
Ya solo queda sacar la pizza del horno, espolvorear el pimentón que quieras por encima y verter un buen chorro de aceite de oliva virgen justo antes de servir ¡os chuparéis los dedos!