Pizza de arroz

Por Bouquetgarni
Ya sé, ya sé. No va a faltar quien, tras leer el nombre de la receta, mire al cielo con ojos de no entender cómo tengo la desfachatez de llamar pizza a esta preparación - que lejos está de ser una pizza de las más tradicionales - y andar por la vida como si nada... Está claro que esta pizza de arroz no pretende competir con la deliciosa e inigualable pizza de la más italiana cepa (aunque es uno de los pocos platos que - pese a contar con los mismos ingredientes - cada maestro pizzero, cada fanático de su sabor y hasta cada familia tiene su propia forma de prepararla y su propia receta). Mi propuesta de esta semana tiene que ver con una de las versiones de pizza (¿no pizza?) que preparamos en casa (también hacemos las tradicionales con harina integral; un día se las enseñaré porque es muy sencilla y exquisita) cuando tenemos día libre de gluten/sin T.A.C.C., pero - no por ello - nos privamos de comer rico y abundante.

Se trata de otra manera de consumir arroz yamaní integral y, de paso, comer pizza sin levadura y sin harinas tradicionales (libre de gluten), porque esta receta es apta para celíacos y público en general. Con mucho sabor y algunos pocos ingredientes (¡y en pocos minutos!) obtendrán un plato completo y muy sabroso.
Aquí les dejo lo que necesitaremos por si me quieren acompañar con esta propuesta ;)

Si te preocupa la ingesta de harinas refinadas, si no podés comer harinas que contienen gluten, si no estás muy canchero/hábil en el manejo de las levaduras (te dan algo de miedo, te frustran, todavía lo seguís intentando...), si te animás a probar algo distinto... esta pizza es para vos. Sí, sí, definitivamente.
Para preparar este plato, tendrás que cocinar 1 taza de arroz yamaní integral en caldo de verduras (casero, mucho mejor) por unos 25-35 minutos (observá las indicaciones del productor). La proporción más adecuada es de 2-3 veces la cantidad de caldo respecto de la de arroz a cocinar; es decir, en este caso, serían entre 2 y 3 tazas de caldo de verduras. Para que tenga más sabor, incluí en la cacerola 1 hora de laurel
Una vez transcurrido ese tiempo, procesá el arroz (previamente colado; si todavía tiene algo de líquido de cocción) con minipimer o mixer. No es necesario que lo dejes hecho una papilla, pueden quedar algunos granos más o menos enteros para que sepamos cuál es el ingrediente principal de nuestra pizza. Condimentá con sal, pimienta, nuez moscada y 1 cucharadita de pimentón ahumado (también podés utilizar pimentón dulce, ají molido o páprika, según lo desees más suave o más picante).

Rociá una pizzera con aceite en aerosol/rocío vegetal (también podés untarla con aceite común) y - ayudándote con una cuchara o una espátula/miserable - distribuí la pasta de arroz de manera uniforme, dejándola de más o menos 1 centímetro de espesor (la altura de una pre-pizza).

Cociná la base de la pizza en un horno fuerte (230°-240°C) hasta que haga piso, se despegue con facilidad del molde y se vea algo dorada.

Mientras tanto, prepará la cubierta que le agregarás al salir del horno. Para ello, rehogá 1 cebolla cortada en brunoise (cubitos bien pequeños) en 2 cucharadas de aceite de coco (o el de tu preferencia). Añadí 2 tomates cubeteados en trocitos pequeños y 300 gramos de choclo/maíz congelado (puede ser crudo también). Condimentá con sal, pimienta y nuez moscada.

Distribuí la mezcla de vegetales sobre la base de arroz ya cocida, añadí mozzarella o queso en hebras a gusto y espolvoreá con 1/2 taza de queso rallado (en mi caso, Provolone) y orégano seco. Llevá nuevamente al horno para que los quesos se derritan y gratinen.

Algunas observaciones y recomendaciones finales: Esta preparación también puede prepararse con cebada perlada, así como con otras variedades de arroces blancos o integrales.

De igual modo, las cubiertas para esta pizza son las mismas que prepararían para las pizzas tradicionales: con salsa de tomates casera, mozzarella y albahaca; brócoli, cebollas y queso Provolone; zucchinis/calabacines, berenjenas, pimientos y mozarrella; albahaca, tomates y mozzarella de búfala, rúcula/rúgula, aceituna/olivas y queso de cabra...

Aunque realicen esta receta con otra variedad de arroz (sea blanco o integral), no será necesario que incluyan huevos en la preparación para lograr armar la "masa" de la pizza, puesto que el almidón del grano (incluso en las versiones integrales) contiene en sí mismo la propiedad de aglutinar.
Les recuerdo que el arroz integral es rico en fibras, contribuyendo, así, a mejorar la función intestinal y a equilibrar los niveles de glucosa en sangre. Contiene minerales (hierro, calcio, magnesio, fósforo y potasio), vitaminas (del grupo B: B1, B3 y B6; provitamina A y vitamina E) y aminoácidos esenciales. Además, de todos los cereales es el más pobre en grasas (sólo 1,9% cada 100 gramos). Es ideal para dietas libres de gluten y en aquellas bajas en calorías porque produce saciedad, debido a su más lenta absorción. Entretanto, el salvado que contiene el grano integral contribuye a prevenir el colesterol, problemas gastrointestinales, obesidad y cáncer de colon.

El arroz forma parte de la dieta principal y básica de millones de habitantes del mundo entero, así como uno de los pilares de la alimentación en Oriente y el sudeste asiático. Gracias a sus nutrientes se constituye en uno de los productos más versátiles para cocinar. Asimismo, en las dietas vegetarianas y en dietas reducidas en calorías se convierte en un importante aliado a la hora de combinarlo con otros alimentos como vegetales y legumbres. A propósito de ello, recuerden que cuando combinan cereales integrales (el arroz integral, por ejemplo) con legumbres, lácteos vegetales (leches de avena, sésamo, almendra...) o frutos secos y semillas (sésamo, calabaza, girasol...) obtienen una complementación proteica perfecta.

Está claro que no pretendo comparar esta pizza con la pizza más ortodoxa (en cualquiera de sus variantes), porque no existen puntos de comparación (ni una es mejor que la otra, ni una es más sabrosa que la otra; sólo son dos preparaciones completamente diferentes). Sin embargo, me gusta mucho experimentar o jugar con las posibilidades que nos ofrecen los distintos productos que podemos tener en nuestra alacena.  Así, surgió esta receta que nos gusta mucho a la hora de variar el menú y no comer siempre lo mismo de la misma manera (con ese mismo espíritu, pueden encontrar aquí la Pizza de papa que ya les enseñé a preparar hace un tiempo).  Sea porque necesitan quitar el gluten de sus vidas, porque les gusta aceptar nuevos desafíos, porque son curiosos en la cocina o porque han decidido comer menos harina sin resignar, por ello, el sabor de lo cotidiano, ésta propuesta les viene como anillo al dedo. Espero haberlos tentado con mi receta ;) Nos vemos la próxima semana. ¡Disfruten de la vida junto a las personas que aman y experimenten en la cocina!
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni Recetas