La Iglésia, tiene a su lado la Casa de la Congregació de l'Oratori, en la cual se puede acceder desde la misma plaza, pero la peculiaridad de ésta por distribución se refiere, es que está rodeada de casas de estilo renacentista. Además es la sede de las antiguas casas de Els Gremis de Calderers i Sabaters, ésta última sede del Museu del Calçat.
En la fachada de la iglésia, se pueden apreciar las señales de la metralla de las bombas que cayeron por la aviación del lado nacional durante la Guerra Civil Española. Los bombardeos de Barcelona de enero de 1938 consistieron en una serie de ataques aéreos realizados contra la ciudad condal durante el mes de enero. La bestialidad del bombardeo fue tan grande que en venite días de enero ya se había superado el número de víctimas de todos los bombardeos del año anterior.
Los bombardeos volvieron sobre Barcelona, en esta ocasión se saldó con más de cuarenta fallecidos, además de grandes daños materiales. Otro ataque aéreo fue el más devastador, este último tuvo lugar el 30 de enero de 1938, un primer ataque de dos formaciones italianas se produjo a la mañana, que fueron bombardeando el centro de la ciudad siendo especialmente afectada la Esglesia de Sant Felip Neri donde se encontraba un refugio donde la gran mayoria murieron, y sus alrededores, donde en un bajo del Carrer de la Palla había una guardería por lo que murieron muchos niños. El segundo ataque formada por dos escuadrillas italianas también tuvo lugar dos horas después, dejando centenares de muertos..
Se dice de que las metrallas de la fachada son a causa de los fusilamientos que se hicieron durante la guerra, pero no es cierto, ya que hay fotografías realizadas justo después del bombardeo y anteriores a los fusilamientos y las marcas ya estaban presentes.
El arquitecto Adolf Florensa i Ferrer, hizo la reconstrucción y decidió recrear la plaza, al mismo tiempo que también se decidió adaptar las fachadas de edificios que no habían estado reconstruidos para poder crear dos accesos a la plaza desde la Avinguda de la Catedral y desde la Via Laietana.
Finalmente, se recreó la fachada de la entrada de la calle de Sant Felip Neri, aprovechando los elementos de los antiguos edificios.
Plaça Sant Felip Neri, un lugar que cuando voy, se me produce a mi alrededor un silencio terrorífico, pensando o imaginando lo que ocurrió el 30 de enero de 1938.
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