La Plaza de la Universidad (Plaça Universitat) siempre ha sido un punto neurálgico en mi vida, porque la frecuento desde el 75.
Y aunque ahora se ha vuelto un espacio cotidiano, más bien de tránsito, si una ocasión especial lo merece, suelo detenerme y merodear (si no estar).
Porque la plaza también es (y ha sido) un espacio singular en la intrahistoria de la ciudad de Barcelona.
Ahora que algunos próximos empiezan a leer mi reciente novela El pulso del azar, me preguntan si lo que cuento del PIM-PAM-PUM ANTIFEIXISTE instalado allí en el convulso verano de 1936 es verdad.
A lo que, amparándome en otros escritores con más méritos que yo, respondo:
-Sí, sí, es un relato real... No hay ficción, sólo Historia.
Y sucede que este sábado lluvioso, para otro de los libros que tengo en ciernes, releo a José Gutiérrez Solana, autor cuya obra pictórica le habrá perjudicado, quizá.
En 1913 y 1918, Solana escibió una serie de artículos de costumbres sobre Madrid, en uno de los cuales ("Romería de SanAntonio de la Florida"), hablaba de este tipo de espectáculos populares: las barracas de feria, con sus frikies y... el Pim Pam Pum:
Algunos tiran con saña a los personajes que tienen más rabia. Hay gran predilección por tirar los monigotes de Maura, La Cierva, Romanones, Weyler, etc.
Un poquito más adelante, ya no en el Pim-Pam-Pum, sino en la barraca del tiro de pistola y escopeta, escuchamos gritar a un disparador:
-Esto es lo que hacía falta en España, barrer y renovar.
Se suceden las previsibles reacciones y al final el narrador, escribe:
La gente sigue tirando a los muñecos; los golfos tiran con las bolas, cagándose en todos ellos; y ahora cae uno, ahora cae otro, y vuelven a levantarse, y vuelven a caer".
(GUTIÉRREZ SOLANA, José; Madrid callejero, Madrid, Trieste, 1984).