Según dijo la también "activista" en una entrevista publicada por el diario digital costarricense Socialismo Hoy: "Quiero manifestar mi solidaridad estando ahí con ellos. No tengo ningún plan, no soy nadie que va a cambiar ninguna situación. Pero bueno, al menos estar con ellos".
La verdad es que a Tania Bruguera les importa bien poco la suerte de los cubanos y su plan, aunque diga que no lo tiene, no es otro que el mismo por el que la Ley de Ajuste Cubano, que hoy sirve a de señuelo a los emigrantes cubanos que se encuentran varados en Costa Rica, continúa existiendo.
Las regatas de balseros en el estrecho de la Florida que tantas muertes han costado, o la actual peregrinación por Centroamérica de los emigrantes cubanos, incentivados, más que por el sueño, por el engaño americano, han tenido solo un fin: mostrarle al mundo, mediante calumniosas campañas mediáticas, el horror del comunismo cubano por el que los cubanos se ven obligados a huir de la Isla.
La mentira sin embargo fue descubierta, no precisamente por el gobierno cubano, sino por los principales inspiradores de esa Ley tomada en 1966, la mafia anticubana de Miami, luego de que Cuba y Estados Unidos dieran a conocer el 17 de diciembre de 2014 la intención de reanudar relaciones.
En un artículo publicado el pasado 14 de octubre en El Nuevo Herald la congresista cubanoamericana, Ileana Ros-Lehtinen, pedía a los cubanos en Miami que cumplieran los presupuestos de la Ley de Ajuste Cubano e instaba a las agencias gubernamentales a compartir información para evitar los abusos.
"Recientemente he visto cómo algunos ciudadanos cubanos han tomado ventaja de la Ley de Ajuste Cubano para viajar a Cuba después de solo un año de residencia en Estados Unidos. No debe de haber tráfico entre Cuba y EEUU para quienes escogen usar la Ley de Ajuste Cubano para obtener la residencia [...] porque estos individuos están abusando del sistema al brincar la cola sobre todos los otros refugiados", dijo la representante por la Florida en un comunicado.
Los supuestos perseguidos, en realidad emigrantes económicos favorecidos en comparación con el resto de los latinoamericanos, después de obtener la residencia viajaban varias veces al año de vacaciones al país donde los persiguen.
Como expresó el aspirante a presidente por el partido republicano, Marco Rubio: "Hay un creciente número de personas que llegan de Cuba en base al asilo político, que es la base de la Ley de Ajuste Cubano, y un año y un día después, cuando obtienen residencia en Estados Unidos, regresan a Cuba 15 veces o 20 veces al año"
Y agregó: "Yo no conozco de ningún esfuerzo organizado para revocar la ley, pero estimo que habrá esfuerzos para revocarla".
Llamados como el hecho por Marco Rubio a revocar la Ley de Ajuste Cubano fueron el pistoletazo que dio la arrancada del maratón de cubanos que hoy buscan llegar a Estados Unidos a través de Ecuador, vía Centroamérica.
Tras la crisis desencadenada por la decisión de Costa Rica de detener el flujo migratorio de los cubanos, el aparato propagandístico de la mafia anticubana de Miami se ha puesto en funcionamiento para, paradójicamente, convertir nuevamente en "refugiados y perseguidos políticos" a los miles de cubanos que salieron libremente de su país.
Tania Bruguera y demás mercenarios en la Isla, como Yoani Sánchez y su página digital 14ymedio, forman parte de esa maquinaria. Por eso la "activista" y artista plástica afirma ahora desde Costa Rica: "Creo que el Gobierno se ha dedicado a bajar el nivel de esperanza a la gente y lo que se está viendo hoy es que un año después [del restablecimiento de relaciones con EE UU] la gente no ve una solución para los problemas y prefiere vender su casa y dejar a su familia e irse a buscar fortuna a otro país en lugar de quedarse en Cuba a ver qué pasa. En Cuba no existe una migración económica que no sea política".
Ni a Tania Bruguera ni a la mafia anticubana de Miami les importan un rábano la suerte que puedan correr los cubanos varados en Costa Rica.
La clave de esta crisis está en realidad en obstaculizar de cualquier forma el restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, política que pone seriamente en peligro las ventajas económicas de las que ha vivido la mafia anticubana de Miami durante medio siglo.
Existe en la Florida un miedo profundo porque la llamada industria anticastrista, la misma que paga a la Bruguera y sus semejantes en la Isla, llegue a su fin.
Los también "perseguidos" mercenarios cubanos viajan a Costa Rica, pero no como emigrantes. Ellos, gracias al financiamiento de EEUU, se dan el lujo de disfrutar del sueño americano en La Habana.