Plancha masónica de José Maldonado: Último presidente de la Républica Española en el exilio

Por Vguerra

Con motivo del trabajo de recuperación de la memoria histórica de la figura del D. José Maldonado González, último presidente de la Republica Española en el exilio.

He ido recuperando algunos fragmentos de sus obra y escritos, escritos masónicos la verdad es que tiene pocos, y a veces su enjundia tampoco es que nos aclare mucho sobre su trayectoria masónica, pero poco a poco vamos destilando en esa búsqueda su trayectoria masónica

Sobre este documento, poco podemos decir salvo que está fechado en Luchon y que fue hecho en 1944, en ese tiempo no sabemos exactamente donde se encontraba el Hermano Campomanes, pues la Logia Iberia sería fundada en 1945. Es posible que este documento de reflexión fuese solicitado por la llamada Familia Masónica Española (GOE-GLE) con la intención de hacer una autocrítica, ante la cual el Hermano Maldonado(Campomanes) se resiste a entrar en los aspectos más personales, tal vez porque desconozca en buena parte los avatares masónicos españoles, téngase en cuenta de que Maldonado se inicia en 1936 ya camino del exilio.

Por tanto desconocemos quienes fueron los peticionarios de esta reflexión, o de que orgamismo o potencia masónica se está hablando.

Aquí les dejo con uno de los trabajos seleccionados:

PLANCHA  QUE SE PLANTEA AL HERMANO: CAMPOMANES

“CUESTIONES “
Se le invita a exponer:
1º Su concepción sobre el momento actual masónico de España
2º Su concepción sobre la actuación de los dirigentes masónicos españoles en el exilio
3º Su concepción sobre la labor futura a desarrollar.


Como respuesta a las cuestiones sobre las que al final de la ficha que suscribo con esta fecha y señaladas más arriba , a la que creo dar una extensión mayor que el espacio que en aquella figura, concreto mi posición de la manera siguiente:

Sobre la 2ª Cuestión: Suponiendo que la presente se refiera a las actividades pasadas, más que a las futuras, poco puedo decir. La inmensa mayoría de los HH.:. como el resto de los emigrados entramos en este país precedidos de una infame campaña de difamación, cuyos efectos no se han disipado todavía y que hizo que se nos recibiera a todos con notoria hostilidad, no solo por parte de los elementos reaccionarios, sino lo que ha sido más sensible, por la de aquellas personas que por su formación liberal, debieran habernos acogido cordialmente en estas condiciones sospecho que muchos de nuestros dirigentes se encontraron en una posición difícil para desempeñar aquí las funciones que les había encomendado en España. Y que imponían múltiples obligaciones.

He oído hablar de la conducta de algunos de nuestros hombres representativos en términos poco loables, pero me abstenido siempre de emitir juicios ligeros, y tengo sobre todo, por experiencia profesional, horror a las sanciones que se pronuncian apasionadamente, y que casi siempre están basadas en deformaciones de la verdad.

Por ello me permito opinar que más que una condenación o una exaltación colectiva, lo que proceda en su día, y con toda serenidad es analizar y enjuiciar el proceder de aquellos a quienes se puede sospechar de no han observado una conducta ajustada a las normas que son esenciales en la Francmasonería.

La respuesta referente a mi concepción sobre el momento actual masónico en España y sobre la labor futura a desarrollar, la englobo y condenso en las consideraciones siguientes:
No solo en España, sino en el mundo entero, en estos momentos de honda crisis en que una sociedad desaparece y se vislumbra el nacimiento de otra nueva, la Masonería sin olvidar sus objetivo esencial que es la cooperación al advenimiento de una humanidad mejor, por el perfeccionamiento individual, tiene ante sí una amplia tarea a realizar análoga a la que llevaron a cabo nuestros ascendientes en momentos también decisivos de la historia, como la propagación de las ideas de la ilustración en el siglo XVIII, que prepararon la gran revolución francesa, la defensa de cuyas esencias, constituye el primer objetivo de cuantos en la guerra actual, luchan contra lo que los que con nombres nuevos han tratado de resucitar viejos sistemas totalmente superados.

Nuevas concepciones sociales aparecen en nuestro horizonte y la humanidad busca en su marcha constante hacia el Progreso la realización de aquellas, deber nuestro es pues contribuir a esta realización con el minimun de violencias, que a mi entender solo alcanzaran dentro de la órbita de estos dos principios, hasta ahora insuperados, la libertad que respeta a todas las creencias y opiniones, y la Democracia que organiza la vida colectiva con la asistencia de todos los ciudadanos.

Concretamente, por lo que a España se refiere, a los hondos problemas que universalmente plantea la elaboración de la sociedad futura, se añada un hecho , producido como cosa fatal y antecedente necesario de la transformación social que se está operando , que ha sido la guerra civil, la cual con todos los horrores de las contiendas de esta índole han producido la espantosa cifra de un millón de muertos, yo que además he dejado una herencia de odios y rencores que han de hacer difícil en bastante tiempo la necesaria convivencia que tenemos nosotros los Masones la obligación de facilitar.

Para ello y como condición precisa estimo que solo hay una solución que es el castigo de los culpables de la subversión, por tribunales competentes con arreglo a los preceptos establecidos a priori por las leyes, y con todas las garantías, fuente inagotable de errores sobre los cuales no se puede establecer una sociedad justa, y que no sumirían en el caos. Esta solución debemos propugnarla los Francmasones utilizando los valioso que pueda tener nuestra Orden, en la vida profana, con lo que contribuiremos, a la vez, a la realización de uno de nuestros fundamentales principios, el derrocamiento de los muros que dividen a los hombres, levantado por las religiones, las clases y las concepciones políticas.

Como soluciones de tipo más estricto, dentro de las actuaciones de nuestra Orden, creo que lo más apremiante es reconstituir nuestros talleres masónicos en Francia, dando cabida en ellos, después de una depuración rigurosa, a cuantos Hermanos.:. se hagan merecedores a tal honor, los cuales tendrán seguramente como norma, las convicción intima de que la Masonería no es un medio para el logro de aspiraciones profanas, sino una escuela de perfeccionamiento que constituye por sí misma un fin.

La reorganización de nuestros talleres en Francia, como de los que las circunstancias han hecho crear a nuestros HH.:. en otros países, imponen a los francmasones españoles, como deber primordial las búsqueda de los necesarios puntos de coincidencia en relación con las cuestiones que plantea el retorno a España de un régimen político de libertad, a los que deben llegar cuantos dentro de la Orden mantienen individualmente criterios contrapuestos, que no son solo perniciosos sino convenientes, como expresión de matices, siempre interesantes, y aún de posiciones ideológicas dispares que son necesarias en la vida.

Coincidencias que una vez logradas ha de procurarse llevar al seno de los partidos políticos de izquierda, y a las demás organizaciones profanas nacionales hoy excesivamente apasionados, y hasta violentamente enfurecidos, mirándose unos a otros como enemigos, y olvidando que el enemigo común, está en España, y que aún nos ha sido vencido. Simultáneamente, debemos de cuidar que el resultado de aquellas coincidencias s en los medios sea conocido en los medios internacionales, de manera especial en los lugares herméticos en que actúa la diplomacia.

Si así se hiciese, la Masonería española habría prestado, una vez más , relevantes servicios a la causa de nuestra patria, y habría cooperado eficazmente , al mismo tiempo, al advenimiento de una etapa superior de la civilización.


Valles de Luchon , 10 noviembre del 1944   Campomanes 3º (Nombre Simbólico adoptado por José Maldonado

Víctor Guerra. Miembro del CHEME, y de la Academia Internacional del Vº Orden del Rito Moderno

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