Planetas de diamante

Publicado el 13 diciembre 2011 por Alejandropumarino

El alto contenido en carbono de ciertos planetas, junto con altas temperaturas y elevadas presiones, convierten al grafito en diamante, con vetas que pueden alcanzar kilómetros de espesor.

Un diamante es para siempre, o eso reza la publicidad genérica de la joya, el caso es que más o menos duradero, lo que tiene sus bemoles es el precio, al alcance de pocos privilegiados. Imagínese vd. que ahora alcanzamos uno de estos cuerpos celestes y traemos toneladas de este material a nuestro viejo planeta azul, de modo que hasta los cristales de las ventanas pudiesen ser preciosos. Uno, que no tiene mucha idea de economía, sospecha que podría hasta producirse una crisis internacional; más o menos similar a la que tendría lugar si el oro creciese como las setas en el otoño y se hiciese un bien más abundante que escaso.

O sea que al final la cuestión está en la rareza; curiosa forma de ser, la humana, que da valor a lo que no abunda, cuando lo común es más que suficiente, no solo para la vida, sino para el placer. Me llamó la atención desde hace años el ámbar báltico, una suerte de resina fósil que llega a contener en su interior insectos, atrapados en un momento crítico. El plástico es igual de bello y mucho más barato, pero la rareza tiene un elevado precio, reflejando el egoísmo generalizado en nuestra especie. La película, tengo intención de verla pese a lo negativo de la crítica, sobre el tiempo como moneda de cambio, no deja de elevar ese defecto a su máxima potencia. Los ricos nunca mueren. De momento no es así, pero lo que llevan muchos pobres, tampoco es vida.