Quisiera
empezar este Editorial con una pregunta a todos los cuarentones y de
más edad que lean este artículo: ¿Cuántas fotos tienes de tus
primeros meses de vida? Y no seré cruel preguntándote cuantos
videos.
Creo
saber la respuesta. En mi caso, de mis primeros cinco años de vida,
las puedo contar con los dedos de una mano.
Las biografías se han considerado hasta la fecha como un género literario.
Los
individuos, en esta nueva era de internet, cada día están añadiendo
nuevos capítulos a su biografía en la red. Las autobiografías que
se están construyendo, están muy por encima de las que hasta la
fecha han realizado, casi siempre, escritores y periodistas, sobre la
vida de políticos, personalidades, famosos y gente relevante en algún
campo... Narrada desde su nacimiento hasta su muerte, consignando sus
hechos logrados, fracasos, sucesos relevantes de su vida, así como
todo lo que pueda interesar de la misma persona. Hay poca diferencia
entre las biografías, por
ejemplo, la biografía autorizada, aquella que ha sido sometida a la
censura del personaje cuya vida expone, y la biografía no
autorizada, la que ha sido escrita con libertad por su autor y
frecuentemente contra los deseos del biografiado. La biografía
autorizada suele estar escrita por un "escritor fantasma",
por lo general un periodista, cuando el personaje biografiado no
puede redactar sus propias memorias, fundándose en conversaciones
con el personaje, grabaciones, en un borrador o documentos
suministrados por él, a los que da forma de relato en primera
persona y, raramente, en tercera.
El siguiente video se ha convertido en algo viral en la red.
El milagro del pequeño Ward Miles Miller ha conmovido al mundo. Este bebé nació de forma prematura con solo seis meses de gestación, 700 gramos peso y pasó los 107 primeros días de su vida en un hospital de Michigan (Estados Unidos). Su padre, el fotógrafo profesional Benjamin Scot, grabó en video el primer año de vida de su bebé, en el que demostró su lucha por la vida.Con la era digital ya no tienes que ser alguien relevante para tener una biografía. Sin darte cuenta tu mismo estás escribiendo tu propia autobiografía en las redes sociales.
La de este bebé, sin saberlo, ya se la empezaron a escribir y es pública.
Las nuevas biografías tienen las siguientes características y diferencias con respecto a las anteriores:
- Casi siempre es la propia persona quién hace su biografía (autobiografía). Anteriormente las realizaba otra persona, un periodista o escritor.
- Las personas NO son conscientes de que están dejando la huella de su paso por este mundo, que están dejando escrita su autobiografía. Y que lo subido a la red, ya jamas desaparece. Y me pregunto: ¿Podemos hablar de biografías no autorizadas?
- Estas nuevas biografías digitales, contienen desde infinitas fotografías, videos, elementos sonoros, red de amigos... hasta lugares visitados, con su fecha y hora. Existen personas (muchos niños), que tienen documentado cada segundo de su existencia. Pobre de mí, que solo tengo tres fotos de pequeño.
- El perfil que dejan estas biografías es completísimo. Los comentarios vertidos en foros, los “me gusta” o los + de Google, nos permiten saber de cualquier persona todo y digo todo, TODO.
Y ya, por fin, te revelo cual será mi propuesta
de experimento:
Para
el próximo domingo, haré un experimento. Realizaré la biografía y
el perfil de dos o tres personas (desconocidos, los primeros que
encuentre) por el historial de sus tuist en Twitter. Serán personas
que no conozca de nada, ni tenga ninguna referencia de ellas.
Demostraré que se puede crear un interesante perfil de cualquier
persona, que irá desde sus gustos musicales, ideas políticas,
posición frente a la vida, etc...
Si
años atrás, cuando tenía que hacer maratonianas jornadas de
selección de personal, para puestos de trabajo, hubiera contado con
la ayuda de Twitter y Facebook, hubiese sido mi principal aliado.
Tenemos que tener precaución con nuestra autobiografía en la red.
Hasta el próximoEditorial del domingo. Comparte con nosotros tus opiniones.
Artículo: Francisco Concepción