Adentrarnos en la gastronomía de Bolivia es hacer un viaje por sus ricas influencias (nunca mejor dicho) españolas, moriscas e indígenas, una mezcolanza que ha dado como resultado una variadísima gastronomía en la que podemos encontrar platos espectaculares y autóctonos en cada región de este hermoso país.
Cuando un país ha pasado por tantos y tan diversos momentos históricos como Bolivia, es normal que su cultura se vea influenciada por cada pueblo y cada civilización que ha pisado el país. Pero no solo la cultura, porque la gastronomía actual de Bolivia también es el resultado de esa mezcla de influencias pasadas y presentes. Una gastronomía poco conocida en el resto del mundo, pero no por ello menos especial, que destaca por sus sabrosos platos, la variedad de sabores de sus comidas y sus embriagadores licores.
Cuando las antiguas civilizaciones criollas ya preparaban platos muy avanzados gracias a sus conocimientos de agricultura, los españoles llegaron a Bolivia, y con ellos sus influencias europeas, el ganado, los pollos, el trigo, la cebada, y también influencias moriscas, muy presentes en el territorio español de aquellos días. Todos esos ingredientes se fundieron en platos que aún hoy siguen siendo el orgullo de toda una nación. Y es que en cada zona de Bolivia nos podemos encontrar platos exquisitos y muy diferentes entre sí.
Por ejemplo, si empezamos por La Paz, capital y ciudad más importante de Bolivia, podemos darnos un paseo por sus restaurantes típicos, y probar el chairo, una sopa con carne de cordero, paratas, maíz y muchos más ingredientes que la vuelven deliciosa y sobre todo, muy nutritiva. Si somos amantes de la carne, disfrutaremos con las cholitas paceñas (churrasco de res con arroz, queso y ensalada de verduras) o la jakhonta (trozos de carne con patatas, repollo y cebolla). Además, podemos acompañarlos con bebidas tan típicas como el yunguelito.
Si visitamos la hermosa ciudad de Cochabamba, al oeste del país, podremos degustar también platos muy típicos de esta región. El pampaku es un plato de carne condimentado con patatas, yuca y plátano, que se prepara enterrado en un fosa y calentado por carbón o por fuego de leña, algo muy curioso. También podremos probar el pichón a la brasa, acompañado por patatas y arroz. Y como bebida, el guarapo, una especie de vino fermentado, o la chicha cochabambina, una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación del maíz.
Otros platos típicos son comunes a casi todas las zonas del país, como el aji (mazamorra de máiz con canela), el escabeche de pescado o el thimpu (pata de cordero con arroz y patatas). Otra de las cosas en las que destaca la gastronomía boliviana son sus postres, exquisiteces tan ricas como los buñuelos con dulce de caña, el payuje (plátano hervido con leche y canela) o la cuajadilla.
Sin duda la gastronomía es otro de motivos que hacen interesante una visita a este país andino, uno de los más altos del mundo, en el que además de ver grandes monumentos y disfrutar de sus tradiciones culturales, podremos degustar sabrosos platos y bebidas, y eso siempre se agradece.