En invierno las playas se llenan de gente con perro y en Carranques se está de maravilla. Está en el concejo de Carreño, concretamente en Perlora. Perlora era una ciudad residencial plagada de casitas pequeñas y acogedoras a la orilla del mar. Y digo “era” porque ahora mismo está casi en su totalidad abandonada, las casas están vacías y da la sensación de estar en un pequeño pueblito amerciano después de la extinción de los humanos ;)
Está cerca de Oviedo, a unos 35 min en coche
Solo por las casas vacías, la iglesia abandonada y esas callecitas tan monas y desiertas, merece la pena. Pero además la playa es preciosa. Un poco peligrosa para el baño y con poca arena en pleamar pero muy completa: tiene rocas, vegetación, cuevas, zonas de charcos…
Justo antes de la playa hay un prado con mesas de merendero (no estaba muy limpio cuando nosotros fuimos) y unas vistas preciosas . Ese borrón negro de la foto de la derecha es Amy que en cuanto vio verde y mar se volvió loca!!
Después, hay unas escaleras y una rampa que bajan a la playa que está dividida en dos por un promontorio.
Amy lo pasó pipa metiéndose en las cuevas, saliendo, corriendo… La marea estaba baja y tenía arena de sobra para correr.
Además, como curiosidad histórica, sabed que al occidente de la playa se ve una isla que se llama “Isla Entrellusa” y era, desde 1232, un puerto ballenero :o