Después del largo invierno, la playa y el sol es cuando más se agradece y se disfruta, y me da energía para ese último empujón antes de que lleguen las ansiadas vacaciones de verano. Si queréis que os dé más razones por lo que me gustan este tipo de escapadas en estos meses, es que el calor aún no es excesivo y los sitios no están abarrotados de gente, casi que uno puede disfrutarlos para uno solo.
Sí, lo reconozco, para esto soy un poco egoísta ;-)
Aprovechando el puente de mayo, un destino que tenía muchas ganas de conocer era Cabo de Gata! Una escapada perfecta, que desde Alicante en menos de 3h. nos permitía estar allí. De nuevo estos meses tras la Ruta de los Molinos, podemos decir que buscamos lejos lo que tenemos cerca.
Un lugar donde la explotación urbanística no ha llegado y donde poder disfrutar de la naturaleza en un ambiente muy relajado. Su sierra de origen volcánico se extiende a lo largo de casi 50 kms de costa encontrándose con el mar en forma de acantilados y calas. A lo largo de esta costa podremos disfrutar de numerosas playas vírgenes y de sus pequeños pueblos blancos que cuidan la estética tradicional.
¿Qué hacer en 2-3 días en Cabo de Gata?
Aunque no son muchos días, la extensión de Cabo de Gata no es excesiva así que nos permitirá ver bastantes cosas y la oferta es muy variada: multitud de playas y calas para relajarse o hacer algo de snorkeling, practicar el senderismo por muchas de las rutas marcadas tanto por la costa como por el interior, visitar algunos de sus típicos pueblos blancos, y degustar sus tapas y "pescaito" frito.
También podemos recorrer esta zona a través de una o varias rutas que nos propone la diputación de Almería como son La Ruta de los Volcanes y de las Flores, La Ruta de los Piratas, La Ruta Etnográfica, La Ruta de la Minería, La ruta Cinematográfica..., una idea que nos encantó.
2 de Mayo de 2014
Nuestro recorrido por Cabo de Gata comenzó al norte entre Carboneras y Aguamarga, donde se encuentran la Playa de los Muertos y Cala de Enmedio, las dos muy conocidas y famosas por ser algunas de las mejores playas de esta zona. Como decía al principio del post, nosotros íbamos con ganas de quitarnos el mono de playa, así que Cala de Enmedio fue la elegida! Esta cala pertenece a Aguamarga, y el motivo de escoger esta fue porque habíamos leído que es una de las más tranquilas, ya que generalmente no hay mucha gente.
¿Cómo ir hasta Cala de Enmedio?
Para ir a esta cala hay que ir como si fuéramos hasta Cala del Plomo. En la carretera que lleva a Aguamarga cogeremos un desvío que indica Fernán Pérez y a menos de 1 km. enseguida veremos la indicación a Cala del Plomo. A partir de aquí tendremos 7 kms. de pista de tierra hasta la misma cala, donde podemos dejar el coche. Una vez allí nosotros tuvimos que preguntar cómo llegar hasta Cala de Enmedio porque no hay ninguna indicación ni cartel, pero fue bastante sencillo. Desde donde dejamos el coche tuvimos que retroceder unos 200 o 300 metros y coger un sendero a mano derecha. La cala se encuentra a 1'5 km y es recomendable llevar agua ya que una vez lleguemos allí no hay ningún chiringuito donde poder comprar ninguna bebida.
Desde allí se aprecia el pueblo blanco de Aguamarga, y la torre de vigía y faro, hacia donde nos encaminamos tras relajarnos en la cala. El escritor Juan Goytisolo en su obra "Campos de Níjar" (1959) define a esta localidad como "el pueblo más pobre de España" en la que "solo había lagartos y piedras", pero hoy en día esto ha cambiado mucho. Nosotros nos encontramos con un pequeño pueblo típico de veraneo, una buena playa, y muchas terrazas donde sentarte a tomar algo fresco, algo que estábamos deseando.
Justo antes de subir hasta el faro, hay un mirador que se llega a través de un pequeño sendero y desde el que se ve la famosa playa de los Muertos, a la que también estuvimos tentados a ir. También se puede acceder desde aquí a la playa desde otro sendero casi paralelo que baja en una pendiente bastante pronunciada.
Su nombre no es fortuito, se debe a que las fuertes corrientes atraían a esta playa los cuerpos de los naúfragos! Es una playa virgen, abierta y larga, en la que el intenso tono azul verdoso del mar contrasta con el acantilado negro de origen volcánico. Esta playa no es de arena sino por lo que pudimos apreciar desde arriba era de gravilla fina. Sin duda, la próxima vez que vayamos esta será la "otra" elegida, otra buena opción para disfrutar!
La tarde iba llegando a su fin y nosotros nos dirigimos hacia Las Negras donde decidir nuestra opción para dormir. No habíamos reservado nada, pero en un sitio tan natural quisimos hacer una escapa también acorde a ello, así que nada de hoteles, llevábamos nuestra tienda de campaña, aunque aún no teníamos claro donde la colocaríamos...
Habíamos oído que desde la siguiente localidad, Las Negras, salían unas lanchas hasta Cala San Pedro, un lugar en el que aunque la acampada libre no está legalmente permitida parece ser que era algo de lo más normal. De hecho, este lugar es conocido por su ambiente bohemio y hippie. Vamos que era perfecto, lo que buscábamos!
Pero nuestra indecisión, poca preparación y llegar tarde hizo que no fuera posible esta opción. Llegamos pasadas las 7 a Las Negras y siendo tan tarde, lo primero que decidimos fue ir hasta la playa a informarnos de las lanchas. El problema es que como aún no es la temporada fuerte, la última salía ya! pero íbamos con las manos vacías, sin nada para cenar y sin saber si el chiringuito que habría allí estaría abierto o no, y claro si encima el panorama no era bueno para quedarnos ya no podríamos volver... Supuestamente allí nos habían dicho que había hippies asentados que hacían su vida en la cala, pero no siendo aún verano...cuánta gente habría acampada? seríamos los únicos? y si no eramos del agrado de las comunas de hippies que había allí? Empezaron nuestras dudas y viéndolo todo muy precipitado decidimos que algún otro sitio encontraríamos para nuestra tienda.
Al día siguiente comprobaríamos lo equivocados que estábamos, y desde luego ya lo sabríamos para la próxima vez. El lado positivo de quedarnos fue que esto nos permitió conocer y disfrutar del ambientillo de Las Negras. Dejarte perder por sus laberínticas calles, tapear en sus bares o tomarte unas copas junto al mar en uno de sus bares con música alternativa, fue lo que no esperábamos y lo que sencillamente nos encantó!
¿Y dónde dormimos? Pues finalmente, a las afueras de las Negras, en otra pequeña cala está el camping La Caleta, donde no tuvimos problema para quedarnos. La cala en cuestión, Cala Cuervo, no valía nada, pero el camping estaba muy bien, tenía de todo, así que ya teníamos sitio para descansar!
Curiosamente el contraste en este pueblo no está en su playa, sino en la gente que convive allí, los pescadores de siempre, los hippies que afincaron allí dandole ese rollo chill-out y luego la gente de pasta que se han construido unos chaletazos increíbles a la entrada del pueblo y quieren disfrutar también de este lugar ¿Conviven en armonía todos ellos? Supuestamente deberían, pero en la práctica...
3 de Mayo de 2014
Amanecía un nuevo día en las Negras, un día de playas, de fortificaciones y de piratas.
Hoy conoceríamos Cabo de Gata a través de una de sus Rutas, y cómo nos gustan las aventuras, escogimos , La Ruta de los Piratas.
Foto de otraespeciedeturismo.com
Esta ruta comienza o acaba en este pueblecito de pescadores, Las Negras. Su nombre dicen que es por el monte que está a la izquierda, el Cerro Negro, de color muy oscuro y origen volcánico; pero otras historias que circulan dicen que se debe a que muchas mujeres de los pescadores vestían de negro porque sus maridos nos volvían cuando salían a faenar...
El vínculo entre La Negras y los piratas está en la Cala San Pedro. Una cala cuyo acceso solo es posible por mar o por un largo y escarpado camino que recorre los acantilados. Este difícil acceso y el que contara con una fuente natural de agua potable convertía este lugar en el sitio perfecto para refugiarse los piratas.
"La vida pirata es la vida mejor,sin trabajar,sin estudiar,Cooooon la botella de ..."
A las 10 am las lanchas comienzan a salir hacia Cala San Pedro, pero como perdimos la primera nos tocó esperar a que se llenara la siguiente. Suelen salir cada media hora aunque depende de la gente que haya, y para la vuelta se suele acordar alguna hora con ellos. El precio son 12 euros i/v
Al final íbamos hasta los topes, un montón de las personas, los bártulos de la gente que acampaba, y hasta perro incluido! Había un poquito de oleaje, y la verdad es que la salida fue apoteósica, tanto que dí gracias a Dios por no sacar la cámara, porque acabé igual que si me hubiera dado un chapuzón! Más de uno pensamos, que a pesar de ser una Zodiac, la ola que nos golpeó de lateral iba hacernos volcar... Después de la experiencia de la salida, los niños, el perro y alguno que otro entre los que me incluyo, íbamos un poco acojonados, deseando llegar pronto a tierra.
Si eres de los que te gusta andar, hay una opción más barata y es llegar hasta la cala a pie, a través de un sendero que recorre los acantilados. Una larga caminata de más de 1 hora, que no nos apeteció hacer porque esto implicaría ya echar la mañana allí, y tan solo acabábamos de empezar esta Ruta de los Piratas.
¿Qué nos encontramos en Cala San Pedro?
Una pequeña cala vírgen, en la que practicar el naturismo y en la que con envidía (sana) veíamos como se habían arreglado algunas casitas medio derruidas estas comunas de hippies para vivir en su playa particular, alejada de la civilización, y aparentemente sin más preocupación que el día a día. Aquí en la Cala San Pedro se encuentran las ruinas del Castillo San Pedro con una torre del siglo XVI construidas para defender la cala y la fuente de agua de las incursiones y ataques de los piratas berberiscos.
Después de disfrutar y explorar esta pequeña cala, regresamos de nuevo en lancha a Las Negras. Esta vez, tuvimos la suerte que el chico se enrolló y en vez de llevarnos a toda leche, fue despacio enseñándonos las cuevas que se formaban en estos acantilados, e incluso nos acercó hasta casi el interior de la llamada Cueva del Chocho. No hace falta que explique porque se llama así...
El Playazo es una extensa playa virgen, en la que se se encuentra otro castillo, el Castillo San Ramón, bastante bien conservado y que se eleva sobre una enorme duna fosilizada por donde se puede pasear, y donde nosotros acampamos disfrutando de unas inmejorables vistas de la costa y de la playa.
Después de una mañana y una ruta que nos llevaba de playa en playa, marcamos en el mapa de los Piratas, la Isleta del Moro, como destino donde llenar el buche.
En el camino, merece la pena hacer una parada en Rodalquilar, a escasos 10 minutos desde El Playazo. Este pequeño pueblo, situado en el centro del parque, guarda la estética del resto de los pueblos de esta zona, casas blancas y bajas, pero destaca por el cuidado y el gusto de sus calles, y terrazas que invitan a tomar algo.
También otra visita que se puede aprovechar aquí es La Casa de los Volcanes, que se encontraba precisamente frente a las ruinas de estas minas. Se trata de un centro geotérmico en el que explican el patrimonio geológico del parque. Nosotros no pudimos entrar porque era medio día y estaba cerrado.
Sin duda, Rodalquilar da para una visita más pausada de lo que hicimos nosotros, pues confluyen varias rutas, la Ruta de los Piratas, la Ruta de la Minería, la Ruta de los Volcanes y las Flores, e incluso la Ruta Cinematográfica, pues esta zona fue escenario de películas tan conocidas como La muerte tenía un precio o Indiana Jones y la Última Cruzada.
Comenzaba hacerse tarde para comer, y aunque cualquier sitio de Rodalquilar tenía muy pinta para tal menester, teníamos antojo de probar el famoso "pescaito" frito de Isleta del Moro, así que abandonamos este lugar con un objetivo claro.
En la carretera que va desde Rodalquilar e Isleta del Moro, hicimos una última y breve parada en el mirador La Amatista, desde donde se ve toda la costa de los Piratas, el pueblo hacia el que nos dirigíamos y el Pico de los Frailes, la montaña más alta del parque con 500m. de altura.
"Con diez cañones por banda,viento en popa a toda vela,no corta el mar, sino vuela,un velero bergantín..."
Y con las tripas sonando y salivando de pensar en el "pescaito", por fin llegamos a la Isleta del Moro.
Así que el "pescaito" de Isleta del Moro no cumplió las expectativas, no acertamos con el sitio, a pesar de que parecía uno de los mejores.
Isleta del Moro también se encuentra en esta Ruta de los Piratas, ya que piratas árabes y berberiscos frecuentaban el islote que hay frente a la playa, de ahí también su nombre.
Después de comer había que bajar la comida, así que nos acercamos hasta un mirador desde el que partía un sendero que llevaba hasta el siguiente pueblo, Los Escullos, donde finaliza esta Ruta de los Piratas. Tan solo era 1,5 km pero... Sí, lo confesamos estábamos perros, había que ir y volver, y viendo la costa desde allí tampoco nos llamó excesivamente la atención, ya que era recorrer aquel monte pelado que no le encontraba excesivo atractivo. Uno siempre encuentra una buena excusa para no hacer lo que no le apetece hacer; así que ni a pie, ni en un barco pirata sino en coche nos acercamos hasta el último punto en esta ruta, Los Escullos.
Desde aquí se obtienen unas buenas vistas, y tan buenas que algunos han visto el negocio en esos acantilados. Tomarte una copa o salir de fiesta en un entorno así debe ser espectacular, aunque... pensamos que no deja de haberse construido algo donde no debería...
Y así dábamos por finalizada la Ruta de los Piratas, pero no el día... Desde allí seguimos avanzando hacia el sur, hasta la población de San José, uno de los sitios más turísticos por su ubicación, y que se encontraba a unos 20 minutos desde allí. Si miramos en el mapa parece que hemos recorrido mucha distancia, pero realmente entre población y población hay muy pocos kilómetros. San José es bastante más grande de todo lo que habíamos visto hasta ahora, con bastante población, y bastantes servicios. Hoy nos quedaríamos a dormir aquí, así que fuimos lo primero a buscar el camping, y tuvimos el tiempo justo para montar la tienda y coger de nuevo el coche, no queríamos perdernos el atardecer desde el faro de Cabo de Gata, en el punto más al sureste de la península.
Para llegar hasta el faro tuvimos que recorrer la larga playa de Cabo de Gata dejando a la izquierda las salinas. En el último tramo hay una buena subida, por una carretera estrecha y llena de curvas donde en algunos tramos solo puede pasar un coche, aunque esto son pocos kilómetros.
Una vez arriba, junto al faro podemos contemplar el Arrecife de las Sirenas, cuyas formaciones rocosas son antiguas chimeneas volcánicas. Se dice que este arrecife antiguamente era habitado por muchas focas que los antiguos navegantes confundían con sirenas.
Este es uno de los lugares más fotografiados del parque, así como la puesta de sol que más de uno esperábamos con ganas.
4 Mayo de 2014
Último día en Cabo de Gata y lo bueno siempre pasa rápido. Han sido unos días de mucho relax, de estar en contacto con la naturaleza y de desconectar por completo.
Como estamos relativamente cerca de Alicante aún podemos aprovechar hasta medio día en esta zona. Ay, que no se note que lo bueno se acaba!
En San José hay dos playas muy famosas que son playa Mónsul y playa Genoveses, así que por la mañana para despedirnos decidimos ir a una de ellas. Para llegar a ambas hay que coger la misma carretera saliendo del pueblo. El camino es de tierra y bastante malo, tanto que no sé si los carteles son para dar ánimo, pero avisan que la grúa llega hasta allí! Bueno saberlo!
Nosotros paramos en playa Genoveses que parecía estar más cerca.
Algunos dicen que es de las playas más bonitas porque es una playa virgen en la que no hay nada edificado, pero nosotros quedamos un poco desencantados después de haber visto las playas y calas de días anteriores.
Ahora si que comenzábamos el retorno, pero en vez de hacerlo por el mismo camino, por la costa, decidimos desviarnos hacia el interior e ir hasta Níjar para comer allí. Su mayor encanto, sin duda, está en las calles próximas a la Iglesia.
Después de una escapada así uno vuelve con las pilas cargadas, pero con pocas ganas de retomar la rutina, y solo deseando ya que llegue la siguiente...
¡HASTA PRONTO CABO DE GATA!