Llevo dos días con el 97% del cuerpo lleno de agujetas, desde que el miércoles se me ocurrió la divertida locura de pasar casi 10 horas en el ROUND 1 con Manami, para cumplir uno de los objetivos que más ganas tenía por cumplir. Este sitio es un verdadero paraíso de la diversión, pero no será hoy cuando os hable de él, osea que sed pacientes y quizá en la siguiente entrada flipéis con lo que os contaré. De momento hoy vamos a flipar con playitas niponas y mucho SADO continuando mis aventuras por islas perdidas en Niigata. Por cierto en la isla de Sado no se originó el Sadomasoquismo como ya me han preguntado por ahí, solo es una casualidad por la lectura de los kanjis 佐渡, como ya pasó cuando visité por ejemplo Obama (小浜) que no tenía nada que ver con el presidente. Por cierto antes de que lo olvide, si alguien quiere informacion sobre la isla teneis una web en ingles aqui http://www.visitsado.com/en/index.htmlEn la última entrada nos quedamos en la parte que llegaba al fin después de 6 horas de tren, 3 de ferry, 3 de espera en la nada y 1 de autobús a nuestro Ryokan entre montañas y playas cristalinas en la parte Norte de SADO.
El Ryokan estaba bastante bien y la habitación era enorme, el problema es que al estar entre vegetación infernal había BICHOS por todas partes. En todas las ventanas del ryokan había carteles de “no abrir la ventana que entran bichos” aunque no las abrieras era imposible evitar que entrara más de uno, mosquitos, arañas y demás bichos asquerosos de la vida (menos mal que cucarachas no había), yo soy bastante AntiBichos osea que ese punto no me moló mucho, por eso siempre he sido un chico de ciudad! Manami al haberse criado en un campo en Yamanashi está mas acostumbrada a los bichos y no tiene problemas en cogerlos o incluso jugar con ellos mientras yo corro como una niña aterrada y con lagrimas en los ojos cuando veo cualquier cosa pequeña y desagradable moviéndose cerca de mi... xD. Sin contar eso, disfrutamos bastante del Ryokan.
Sobre las 14:30 nos fuimos a la playa, era una playa famosa por tener unas vistas increíblemente preciosas, casi parecía una típica isla tropical, aunque no es privada lo parece porque las escaleras que bajaban a ella estaban en la parte de atrás del Ryokan. Cuando llegamos había 3 o 4 personas como mucho osea que sentimos que realmente era una playa privada solo para nosotros...
Solo por las vistas ya merece la pena venir una noche aquí. Aunque la playa en si no me gustó tanto, puesto que más que de arena era de piedras. Dentro del agua todo eran piedras y la verdad es que no se podía andar fácilmente por ahí sin hacerse daño, la “arena” del exterior era negra y mas que arena eran piedrecitas más pequeñas pero igual de desagradables… Manami estaba encantada, pero yo que vengo de España y de haber pasado mi niñez en playas mediterráneas de Alicante me pareció bastante asquerosilla… Ya sabía desde el principio que las playas niponas jamás superarían a las playas españolas (algo en lo que Japón siempre perderá!) osea que tampoco me desilusioné mucho, disfruté de las vistas, de un bañito relajado y muy amoroso con mi novia amorosa, y luego nos quedamos dormidos en la “arena” hasta pasadas las 17:00.
Y aquí otro punto interesante que también conocía ya de situaciones pasadas. Hacia un sol increíble, un calor increíble, estuvimos allí torrándonos bajo el sol desde las 14:30. Pero NO me quemé lo mas mínimo. Ni sentí en ningún momento calor abrasador en mi piel (típica sensación cuando estás en playas españolas), el sol japonés quema un 80% menos que el Español y se nota muchísimo.
Manami habia cogido el Ryokan con cena incluida, y las cenas en estos sitios suelen ser apoteósicas osea que teníamos ganas de que llegaran las 18:30 para cenar a lo grande. Lo se, suena pronto cenar a esas horas pero en Japón es lo normal, además no habíamos llegado a comer casi nada osea que teníamos un hambre aterradora. La cena fue espectacular, con millares de platos de todo tipo de pescados, algún marisco, y varias cosas que no creo que supiera jamás explicar porque nunca supe lo que eran. Las zonas cerca del mar siempre se especializan en pescados, y estábamos en una isla rodeada de mar osea que teníamos todo tipo de sushi y sashimi para disfrutar.
Cuando amaneció disfrutamos de un desayuno bastante completo, lo malo que yo soy de desayunar leche, cereales y poco mas, y allí me pusieron mil cosas inimaginables para las 7 de la mañana de un Español. Pescados de varios tipos, verduras, tortilla dulce, natto, ensalada, sopa de miso, etc.
Sobre las 9:30 vino nuestro autobús que nos llevaría a nuestro siguiente destino, teníamos que coger dos autobuses para llegar a nuestro siguiente ryokan. En el bus solo estábamos nosotros 2 (en casi todos los buses que cogíamos solo íbamos montados nosotros, como si no hubiera más humanos en la isla), como el conductor ya sabia a donde íbamos porque le habíamos preguntado al subir ni si quiera se molestó en ir poniendo lo de “próxima parada tal, próxima parada cual” por lo visto en esos autobuses casi nunca montará ni Dios osea que el señor estaba tan feliz de tener al fin pasajeros a los que llevar a algún sitio. Como tampoco habia activado el tema monetario (como en el tren, aquí a medida que vas recorriendo paradas va incrementándose el dinero) cuando fuimos a pagar y preguntamos cuanto era, el hombre se quedó pensando un poco en plan “va es un coñazo, ¿qué más da? Dadme 400yens” (posiblemente el viaje había valido el doble) más divertido aun fue cuando resultó que no tenia monedas y solo tenía un billete de 5000yens pero en el bus solo cambian billetes de 1000. Iba a bajarme a que me cambiaran en una especie de tiendecilla que había al lado cuando el conductor me dijo “buah, es una molestia osea que no importa, podéis iros” Osea que flipando me bajé del autobús sin pagar porque me lo había pedido el autobusero! Estas cosas desde luego en Tokyo no pasan.Se nota que por aquí tienen la cabeza menos “robótica” que en las grandes ciudades, osea que tendré que ir cambiando eso de que “todos los japoneses son cuadriculados y no hacen más que seguir las normas sin pensar”, puesto que ya tengo comprobado que la gente de pueblo es mucho más abierta, y de cabeza más humana ^^. Donde nos bajamos era una zona ultra rural con 4 casas sueltas, una tiendecilla que tenia pinta de ser la única en toda la zona, y muchos abuelillos simpáticos que no paraban de venir a hablar con nosotros como si fuéramos lo más divertido que había pasado en sus vidas en los últimos 50 años.
Estuvimos allí desde las 11:00 hasta las 14:00 que partió nuestro nuevo Bus. Teníamos que tener siempre un cuidado tremendo con los buses puesto que como ya comenté en la entrada anterior, solo pasaba uno cada 2 o 3 horas, osea que perder un bus podía ser totalmente aterrador.
Llegamos sobre las 14:30 a nuestro hotel/Ryokan llamado MANCHO, la zona de Aikawa era algo mas “ciudad” que las ultimas donde habíamos estado, pero no dejaba de ser una ciudad “pobre”, puesto que no tenia absolutamente NADA. No había restaurantes, ni tiendas, (No hace falta ni mencionar que no había karaokes, izakayas ni nada que ofreciera diversión alguna). Encima esa noche no teníamos cena incluida porque este hotel si había salido bastante barato (unos 6000yens por persona) osea que temíamos un poco por nuestra cena. Aun así era pronto y nos quedaba una gran aventura por vivir, puesto que ese día íbamos a visitar una MINA DE ORO!
Resulta que para llegar a la mina el ultimo bus habia pasado ya, osea que desde el hotel llamaron a un Taxi que nos recogió en la puerta, la mina estaba cerca osea que no tardamos ni 8 minutos en llegar. Lo del taxi fue buena idea porque parecía una especie de “Taxi-guia” puesto que nuestra mujer taxista nos fue explicando diferentes cosas muy interesantes de la ciudad a medida que pasábamos por ellos, (como si una guía de verdad se tratara, en plan “si ahora miráis a la derecha podréis ver el gran templo de los milagros vespertinos”. El viaje valió unos 1000yens osea que bastante barato entre los dos.La Mina tenía dos rutas que valían 800yens cada una. Y un pase especial para las 2 por 1200yens. Como esto es de esos sitios que sabes que no volverás jamás en la vida cogimos el pase completo para visitar la mina al 100%. La primera parte era la zona más subterránea, nos sorprendió muchísimo el exageradísimo FRIO que hacia dentro! (todo natural) Primero parecía como si hubiera puesto un aire acondicionado al máximo, después de unos minutos ya empezabas a sentir que era invierno… En toda la mina había exactamente 11 grados (lo ponía en varios termómetros) y los pobres turistas que veníamos en pantalones cortos y manga corta estábamos terriblemente congelados de frio, tiritando y algunos casi muriendo (Manami entre ellos).
Hacia tanto frio que esas minas en el presente las usan como bodegas para vinos y diferentes sakes. La primera ruta también nos llevaba a la parte exterior para ver la gran montaña dividida en dos que era la “vista principal” de la mina, supuestamente esa montaña fue dividida en dos por los humanos mientras buscaban oro. Lo que más molaba de esa parte de la ruta era que estaba todo lleno de carriles y las típicas vagonetas donde se transporta oro, aunque todos las conocemos mejor por ser medio de transporte de huida tanto para Indiana Jones en el templo maldito como para muchos más protagonistas de diferentes películas / videojuegos… Esta ruta terminaba con un pequeño museo con diferentes vagonetas y maquinaria extraña que se usaba para la extracción del oro y demás cosas desconocidas para mi.
La segunda ruta era también dentro de varios túneles en las minas, pero estas habían sido decoradas con decenas de muñecos a tamaño real de personas trabajando en las minas, mientras nos explicaban lo que hacía cada uno, como unos buscaban oro, como otros iban abriendo camino, como otros extraían el agua… era bastante interesante y todos los muñecos se movían y hablaban lo que lo hacía bastante divertido y didáctico. Al final había otro pequeño museo con mas maquetas, piedras con oro de verdad que se podía ver con lupas, laminas de oro reales y su proceso para transformarse en dinero de la época… ¡y un lingote real de 11kg que la gente podía coger para divertirse un rato! Al final como no? Una tienda de recuerdos y souvenirs con millares de chorradas de todo tipo, casi todas relacionadas con oro. Botecitos de oro real, pasteles de oro, y muñequitos de oro... Yo me compré un botecito de oro que mostré en el último Videoblog.
Cuando anocheció llego el problema, puesto que como temiamos no habia NI UN SOLO restaurante, osea que después de rebuscar un poco por sitios desconocidos terminamos comprando la cena en la única combini de toda la ciudad. Un poco de sushi, muchas cosillas para picas y muchas cervezas terminaron siendo una buena y relajada cena mientras veíamos la tele. Disfrutamos de un nuevo onsen (baño termal) esta vez con rotenburo incluido (baño exterior) como los baños estaban en un segundo piso, era una especie de balcón donde podíamos ver la carretera y el mar debajo, bastante chulos. Además no había absolutamente ni Dios allí dentro osea que no tuve que sufrir de la visión de ningún micropene.
Por el momento dejamos aquí la aventura. Para la próxima entrada terminamos la aventura con nuestra visita a Gunma, parada en Minakami para hacer noche en el mejor Ryokan que he visitado jamás, visita a Takasaki y ¡vuelta a Saitama! Ahora voy a ir preparándome para ir a Akihabara que he quedado allí con una amiga española (Ayuki) que quiere que la ayude a comprar un ordenador y ya aprovecharé para frikear un poco por allí… ¡Nos vemos en la siguiente entrada! (¡¡Que será pronto puesto que hoy ya es viernes!!)