Plaza poco conocida y casi olvidada a la que se llega para comprar mazapán del convento de San Clemente, lugar que presume de su creación allá por el 1212. Solitario, con un halo de nostalgia y olvido, casi parece sacada de el escrito de un poema.
La plaza se dedica al Padilla, uno de los famosos comuneros que se levantaron contra el absolutismo de Carlos I de España y que vivió aquí junto a su mujer María Pacheco.
Un rincón con historia. Dice la leyenda que en el lugar es imposible que crezca ninguna planta ya que cuando fueron detenidos y apresados los comuneros, se hecho sal para que no creciera nada como castigo.
Destaca en la plaza el Imperial Monasterio de San Clemente, al que hemos entrado, como no, a comprar sus exquisitos e únicos mazapanes.
Si hay en Toledo un lugar que nos hable de la Guerra de las Comunidades, éste es de la Plaza de Padilla, surgida en gran parte por la demolición punitiva del palacio de Juan de Padilla y su mujer, María Pacheco.
A comienzos del siglo XVI la plaza limitaba al Norte con la fachada principal de los Padilla, cuyo edificio ocupaba más de la mitad de la actual plaza, y al Este por la casa accesoria de los Lasso de la Vega, que aún deja ver la antigua portada, convertida hoy en fachada de la Facultad de Humanidades. En su interior subsiste un bello patio encolumnado que constituye un espacio garcilasiano privilegiado en el que, con un poco de imaginación, casi podemos sentir la presencia del poeta.
Tras la derrota comunera en Villalar, la viuda de Padilla logró mantener sublevada a la ciudad nueve meses más, hasta el 3 de febrero de 1522, en que se vio obligada a huir, refugiándose en Portugal.
Fuente: http://mariamamin.blogspot.com.es/2012/02/ruta-de-garcilaso-de-la-vega-en-toledo.htmlhttp://www.minube.com/rincon/plaza-de-padilla-a2209375