Escondida tras el bullicio y el movimiento de la gente que entra y sale del mercado de la Cebada, los bares y pequeños comercios de las calles adyacentes se encuentra la plaza del Humilladero. La plaza del Humilladero, en pleno centro del histórico, arropada por las plazas de Carros, de San Andrés y Puerta de Moros pasa desapercibida nuestra protagonista de hoy, a pocos pasos del poco mencionado museo de San Isidro. ¿Os gustaría conocer un poco más de este rincón?
En la actualidad, la plaza del Humilladero es una plaza de forma alargada que se encuentra en pleno barrio de La latina, en el centro de la ciudad. Sin embargo, si nos fijamos en su nombre, podemos pensar que en otro tiempo no era así. Un humilladero era una lugar que se localizaba cercano a las entradas de las poblaciones cristianas. Consistía en una estructura, normalmente de piedra, que solía tener forma de cruz y, en algunos casos, disponía de algún tipo de imagen en la parte superior. Esta cruz se alzaba sobre unos pequeños escalones que servían para elevar el símbolo. Los vecinos, viajeros y demás gentes que pasaban cerca al entrar o salir de la población, se humillaban ante la imagen inclinando la cabeza o arrodillándose ante ellas como señal de respeto y piedad ante el símbolo de la cruz. Estos gestos son los que terminaron dando nombre a estos lugar y, por ende, la plaza del Humilladero de Madrid.
Una población podía tener más de un humilladero, en función de su tamaño y accesos. En la mayoría de los casos solían estar en las afueras de las mismas. Este sería el caso de nuestra protagonista, la plaza del Humilladero, que quedaría fuera de la muralla cristiana del momento y cerca de uno de las puertas más concurridas de la villa. Los madrileños de la época llamaron a este espacio el Humilladero de San Francisco porque sería la primera etapa del Vía Crucis que supuestamente habría creado San Francisco de Asís en el tiempo que vivió en la ciudad. Este Vía Crucis nacería en la pequeña ermita construida por el propio San Francisco que pasados los años se convertirá en la Basílica de San Francisco el Grande. Continuaría por este humilladero y después de un largo recorrido terminaría en la calle del Calvario, en el barrio Lavapiés.
Basílica de San Francisco el GrandeEs bastante desconocido pero en Madrid podemos encontrar algún que otro humilladero. Por ejemplo, en la plaza de Ramales esquina calle de Vergara encontramos una imagen en la esquina del edificio que tendría el mismo fin. Otro caso es el que podemos ver en la capilla de Nuestra Señora de la Soledad, en la calle Fuencarral. ¿Los conocéis?
En alguno de los viajes que hayáis hecho por el resto de España seguro que habéis visto humilladeros de todo tipo. En algunos casos son simples columnas de piedras, en otros se han llegado a convertir en pequeñas ermitas en las que se veneran distintas imágenes. Esta plaza del Humilladero llegó a albergar un pequeño altar donde se oraba una pequeña talla. Esta construcción se derruyó con las obras del cercano mercado de la Cebada a principios del siglo XX.
Espero que os haya gustado la historia de la plaza del Humilladero, y que os animéis a recorrer estas calles de Madrid que tanta vida tienen y tantas historias por contar.
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