Como junco rebelde,
me abato y me yergo,alzando mi frentecontra tu vara de hierro.Hoy aquí, no dejo nadaporque todo lo llevo dentro:El sudor que soldómi piel y tu cemento.Ya no importaque vengamos a tu orilla,ágora de pensamientos,y agitemos las manos.Pues nos contagióla ilusión del cambio.No importa si me espera la derrotapues el camino que anduvimosya quedó escrito en la historia.