La localidad gerundense, visita obligada para todo amante del románico, suma a su indudable atractivo pirenaico una preciosa actuación de arquitectura contemporánea diseñada por el estudio RCR y el arquitecto Joan Puigcorbé.
Situados al borde del río Ter, flanqueados por dos medianeras y sus respectivos patios de luces, los arquitectos catalanes disponen un centro cultural soterrado en el lugar que ocupase un antiguo teatro. Con este gesto, regalan a la ciudad una plaza cubierta que arroja una pasarela mirador a la otra orilla del curso fluvial, una estrategia que crea ciudad, que la mejora, haciendo completamente viable la convivencia de contemporaneidad y tradición.