Plenamente presente

Por Ilastours

No hace mucho mi hija me regaló un retrato que había hecho en la escuela para el día de la madre. Era yo, envuelta en un aura de magia (Èlia dibuja la "magia" haciendo muchos puntitos alrededor del objeto o persona mágicos en cuestión). Me encantóque me viera así, la verdad, orgullo de madre. Pero lo que ya no me hizo tanta gracia fue lo que descubríllevando en la mano de aquel reflejo mío... A mi pregunta de si se trataba de una pequeña varita mágica, Èlia contestó: "No, mamá, es tu teléfono mòvil".
Se me cayó el alma al suelo. Nadie como los niños, y muy especialmente un hijo tuyo, para mostrarte el fiel reflejo de ti mísma. Como el espejito mágico ése de la madrastra de Blancanieves, ¡sin piedad!
Y es que el cachivache "diabólico" se ha convertido en uno de mis juguetes preferidos. Y como le sucede a muchos de sus usuarios hoy en día, tambien actúa en mi vida como un impenitente ladrón de tiempo y atención.
Mantenerme atenta al momento presente. ¿Cómo lograrlo? Mi mente divaga de un tema a otro la mayor parte del día, al mismo tiempo en quemi intuición me pide reconectarme y practicar la meditación como vía para recuperar ese vínculo esencial con el Ser.
Unos cuantos posts atrás os hablaba de Mindfulness, un libro gratuito escrito descargable, obra de la terapeuta Laura Green,  cuyo título define una práctica de la meditación que pone en relieve la atención plena al momento presente. No se trata esencialmente como "sentarse a meditar" (aunque tambien lo es), sino que trata de estar presente en medio de la acción cotidiana.
"La vida es eso que pasa mientras estamos ocupados haciendo otra cosa", decía John Lennon. La mayoría de nosotros somos incapaces o tenemos grandes problemas para disfrutar del momento, o vivir plenamente nuestra vida: o bien estamos "colgados" de algo que sucedió en el pasado o proyectándonos irremediablemente hacia acontecimientos que todavía no han ocurrido. También huimos de la realidad que no nos gusta, nos evadimos -a este numeroso sector me suelo apuntar con frecuencia- intentando evitar el dolor, el aburrimiento o la decepción.
Nos perdemos, en definitiva, el tesoro del momento, o simplemente dejamos de creer en su existencia.
Después de leer, Spirit Junkie he vuelto a las andadas con la práctica de mindfulness y, "causalmente" (Sí, sí, de "causa";-)), cayeron en mis manos un artículo interesante de la revista Elle de Junio hablando de esta práctica y dos libros: Focus , de Daniel Goleman (autor de Inteligencia Emocional) y Busca en tu Interior, de Chade Meng-tan. 
   
Contacté con la Aemind  proyecto de escuelas conscientes que practican la meditación de manera habitual y me decidí a explorar este camino... Ya he dejado caer algún ejercicio meditativo en la escuela con mis alumnos de forma ocasional,  aunque cada vez estoy más convencida de que tan sólo una práctica habitual puede fomentar el buen desarrollo de los niños y evitar así que se conviertan en adultos "desconectados" de lo esencial: de ellos mismos.
Así que me encuentro en el inicio de una nueva "senda" que no sé hacia donde me conducirá. Pero como me ha sucedido otras veces, me dejo "guíar" por este impulso y allá voy... Estoy aprendiendo a reconocer la "campanita que suena" cuando es el momento preciso. No suele sonar en vano...
Y quizás comienzo a reconocer ese "tintineo" gracias a la meditación. A la poca, escasa, que practico. Si consiguiera incorporarla a mi vida cotidiana de manera natural y frecuente, ¿qué otros milagros sería capaz de experimentar?
Soy una madre ocupada; maestra inquieta -mas bien aprendiz de maestra- y mujer soñadora en mis ratos libres... Así que se me presenta hartodifícil ser una"yogui" experimentada. Pero siempre he creído queincorporar el cambio en nuestra vida cotidiana constituye el único camino de liberación: a veces hay que cortar con cosas, sí.... Cosas que dejan de ser esenciales en nuestro proceso de autodescubrimiento, en nuestro reencuentro con la autenticidad. Pero no todos podemos recluírnos meses y meses en un monasterio para"reconectarnos", ni tener un entrenador personal de yoga o meditación trascendental,ni asistir a clases de manera regular. Y francamente, si todo el mundo lo hiciera este planeta sería un lugar muy pacífico, sí... ¡Pero también bastante aburrido!
Así que voy a conducir a esta despistada soñadora, madre y maestra hacia la senda de la meditación "práctica" y compartir mis descubrimientos en este blog en la medida de lo posible. A ver si me organizo mejor con la atención "plena" en el momento y me dejo caer por aquí con más frecuencia...
Ahora Me esperan las evaluaciones de Junio... ¡Buff!
¡A respirar hondo se ha dicho!

" El objetivo de la atención plena no es llegar a otro sitio, sino más bien seguir en plenitud en donde estamos" . Daniel Goleman.