27 septiembre 2013 por JLeoncioG
Personaje 2: entra en escena casi inmediatamente. Se sienta en el 21a, ventana. Apoya la cabeza contra el cristal y cierra los ojos.
Personaje 3: “¡maldita sea! Hemos llegado una hora antes, y vienen retrasados, cojones.”
Personaje 4: “No importa: salimos a dar una vuelta.”
Personaje 5: Pasea contoneando las caderas, trepada en los finísimos tacones de aguja de esas sandalias de tiritas de cuero negro de la temporada pasada. Y “levanta pasiones”, le ha dicho uno que no pasa del metro sesenta.
Personaje 6: El gin de la botella bonita, la hierba, los papelillos, los condones, la cartera, los cigarros, el mechero, el móvil -”déjame soltarme este botón, o mejor no”- Sí, está todo.
Personaje 7: Entrecierra los ojos mirando la tele, debe escribir y no se le ocurre ninguna historia. Mira la pantallita del iphone: no hay mensajes nuevos.
Personaje 1: “Vaya mierda de compañía, llevamos más de una hora en la pista. Me sé el Marca de memoria ya, y aún sin despegar.”
Personaje 2: Piensa: No quiero abrir los ojos, ni los oídos, ni nada. Esto no se mueve. Necesito dormir. Pero sucumbe y mira por la ventanilla empañada: hay un disco plateado, lejano y misterioso, en medio del cielo.
Personaje 3: Aparca, se baja y coge de la mano a su pareja, que, en ese mismo instante emite un ligero suspiro (de placer, piensa él). Sonríe y se le llena la cara de un reflejo cromado. “No hay mal que por bien no venga.”
Personaje 4: La maresía le llega de golpe según abre la puerta del coche, y cuando la cogen de la mano para salir se le escapa un tenue bostezo (“qué sueño”, piensa ella disimulando y hace como que mira hacia la bóveda celeste).
Personaje 5: “¿Será gilipollas? El único capullo de toda esta noche de fiesta, en todo este pueblo, a cientos de kilómetros de mi casa, y me ha tocado sufrirlo a mi. Para cerrar el verano como dios manda”, aplasta con el tacón la colilla manchada de carmín, con rabia.
Personaje 6: Mira a la chica, quiere decirle otra cosa graciosa, piensa un poco, otro poco, otro… y en ese trabajo se da cuenta de que le han servido el gin tonic sin cardamomo “¡No puede ser! ¡Así nooooo!”
Personaje 7: Se arrastra hacia la cama, apagando las luces del pasillo. Mira por la ventana: hay luna llena. Es el equinoccio de otoño. Y se pregunta, otra vez, de qué escribirá mañana, si nunca pasa nada.