Plot for Peace. Como una novela de Le Carré

Publicado el 04 diciembre 2013 por Banacafalata
PLOT FOR PEACE
Título Original: Plot for Peace Director: Carlos Agulló, Mandy Jacobson Guión: Stephen Smith Fotografía: Rita Noriega, Diego Ollivier Música: Antony Partos Distribuidora: Caramel Films Fecha de Estreno: 05/12/2013 No cabe duda de que el éxito de Searching for Sugarman ha sido el gran artífice para dar pie a Plot for Peace. La apertura de esa época negra que vivió Sudáfrica, completamente aislada del mundo, a buen seguro que guarda en sus entrañas historias fascinantes completamente desconocidas. Y lo que cuenta Plot for Peace es sin duda una de esas historias. El encarcelamiento de Nelson Mandela durante este periodo sin duda se vio como un problema para los grandes países occidentales, que veían en Sudáfrica un rincón sesgado del mundo, con serios problemas de racismo. Un lugar que habían manejado a su antojo los propios occidentales, como bien dicen en la película, aterrizar en Sudáfrica en aquella época, hacía parecer que se estaba más bien en un país occidental que en uno africano, y que de repente se les había arrebatado por completo. Sumado esto, a la perdida de las múltiples colonias que  pedían su liberación, llevo a crear un plan para rescatar a Mandela. Y es en esta historia donde se centra la película, en como un hombre de negocios francés, se infiltró en los gobiernos de los países africanos, para poder manejarles a su antojo, y ayudado por la presión que produjo la caída del muro de Berlín y el apoyo de todos los países que estaban detrás de esta maniobra, consiguieron llevar a cabo su plan para liberar al líder revolucionario.
Existe un problema en Plot for Peace, similar al que ocurría en El Impostor, la historia que nos cuentan parece tan ficticia que por momentos resulta completamente inverosímil. Este señor llamado Jean-Yves Ollivier, y que casi en solitario fue capaz de llevar a cabo ese "Complot para la Paz" que reza el título, es un personaje que parece salido de una novela de John Le Carré. Al igual que hiciera El Impostor, la película cuenta con su narración, lo que envuelve al personaje en un completo halo de fascinación que lleva a preguntar por momentos si lo que nos están contando es real. No debería importar demasiado que la narración se pierda en excesivos detalles innecesarios, que a veces sólo parece complicar la trama sin excesiva justificación. Cada una de las maniobras que lleva a cabo este señor, que además son representadas en la película mediante recreaciones, y apoyadas por los testimonios de varias de las personas que estuvieron implicadas en la trama, tendría que ser lo suficientemente fascinantes como para producir verdadera pasión por sí mismas. Pero sin saber muy bien porqué, en lugar de guardarse esa carta para el final de la historia, se desenmascara al protagonista a mitad de la historia. Esto se convierte en un terrible error de peso. Volviendo de nuevo al documental de Bart Layton, inteligentemente, ésta dejaba los testimonios del auténtico impostor Frédéric Bourdin para el final de la cinta, haciendo que el espectador, habiendo conocido ya toda su historia, se siente anonado ante la realidad del personaje. Pero lo que hace Plot for Peace, produce el efecto contrario, es como si a mitad de Exit Through the Gift Shop, Banksy hubiera decidido revelar su identidad. Conocer la identidad del personaje, no sólo hace que esas recreaciones pierdan toda su fuerza, pues se crea en ella una completa ruptura, sino que también, hace perder al relato toda su intensidad, sintiendo que por momentos se pretende vanagloriar más al personaje que llevo a cabo la misión, que a la ejecución de la propia hazaña. No entendemos tampoco demasiado bien, porque la película rehúye de poner en situación lo que nos está contando. Habrían bastando diez minutos para explicar al espectador el significado del Apartheid, la importancia de la figura de Mandela y los motivos de su encarcelación. Dando por hecho que el espectador debe conocer estos datos, o queriéndose sólo centrar en la misión como si la liberación de Mandela se tratase de la búsqueda de un tesoro. La película empieza a soltar rápidamente datos de una manera exagerada, a los que les cuesta encontrar un contexto en el que situarse. Ni siquiera hay una breve explicación de lo que supuso para el país sudafricano la liberación de Mandela en 1990, perdiendo de este modo cualquier valor didáctico que la película pudiera aportar. Merece la pena acercarse a Plot for Peace, aunque tan sólo sea por la apasionante historia que nos están contando, y toda la labor de investigación que ésta lleva consigo. Pero a todas luces, la sensación que deja la película es la de una película desaprovechada, que es incapaz de jugar con el material que está teniendo. La fascinación que puede llegar a producir el relato, acaba quedándose finalmente en poco más que la narración de una anécdota en lugar, por no saber jugar con las emociones que éste pudiera suscitar en el espectador. Y es exactamente lo que le separa de Searching for Sugar Man, porque la historia de Ollivier es tan extraña y singular como la de Rodríguez, pero mientras esta última era capaz de emocionarnos viendo al cantante salir a un estadio lleno de gente. Aquí, una vez desvelado el plan y su autor, no hay ningún interés por saber cómo se llegó a ese final. Por desgracia, podemos hablar de un material completamente desaprovechado.