Plum cake corriente y moliente

Por Biscayenne
Hay veces en que te entra un antojo repentino e insaciable de dulce, pongamos por ejemplo después de dos semanas de dieta estricta. Como no es cuestión de estropear todo lo que has conseguido durante catorce largos y tristes días, te autoflagelas mentalmente y decides comerte una naranja. 
La naranja está buena pero no te satisface. Entonces piensas en un yogur de esos modernos, drenantes y adelgazantes que prometen regularidad, un sabor espectacular y cero calorías. Pero admítelo, si sabe bien sin llevar grasa ni azúcar, algo muy malo tiene que tener. 
Finalmente, acabas chupando un currusco de pan mientras piensas en croissants y maldices la dieta, tu falta de voluntad y los pantalones estrechos. 
De perdidos al río: el antojo, más pronto o más tarde podrá contigo, y te meterás un bote de leche condensada entre pecho y espalda. Así que es mejor pensar en algo fácil, sencillo y razonablemente dulce.  Que puedas decir "No, si es sólo para desayunar, y además lleva fruta"

El plum cake es un postre-no postre, mejor para el desayuno o la merienda untándolo hasta los nudillos en el café con leche. Lleva fruta fresca, confitada y frutos secos, al gusto de cada cual. Es crujiente, no demasiado dulce y un pecado venial en vez de mortal.
Es un clásico de mi ama, y una de las pocas recetas de repostería que puedo hacer de memoria sin mirar el cuaderno. De las que puedes realizar con los ojos cerrados cuando estás de bajón, pachucho o en una situación desesperada. Plum cake corriente y moliente, sin pretensiones.
Plum cake Dificultad, así de primeras: sabes hacer la O con un canuto? pues entonces, ningunaProbables complicaciones: vigilar el tiempo de horneadoReceta de inspiración: mi amatxu INGREDIENTES


250 g. de harina
250 g. de azúcar (yo lo suelo bajar a 180 porque las frutas son dulces) 3 huevos 125 g. de mantequilla, margarina, o lo que prefiráis medio sobre de impulsor (levadura Royal) frutos secos (nueces, avellanas, almendras... troceadas) fruta seca o confitada (pasas, ciruelas, arándanos, piel de naranja, dátiles... )


PREPARACIÓN
Derretir la mantequilla dentro del molde que vayáis a utilizar, encima del fuego a media potencia. Cuando esté líquida, inclinar el molde para que la grasa recorra el fondo y las paredes del mismo. También se puede usar un papel de hornear cubriendo el molde, haciendo el mismo proceso para engrasarlo. Precalentar el horno a 180 grados. Batir los huevos junto con el azúcar, y añadir la harina junto la levadura. Revolver bien hasta lograr una mezcla homogénea y luego echar la grasa derretida. Volver a batir y después agregar los frutos secos.  Yo elegí arándanos secos, naranja confitada y avellanas. Se puede remojar la fruta seca en ron o brandy durante unas horas, y también usar fruta fresca como manzana, granada o plátano. Verter la masa en el molde y meter en el horno a una altura media-baja. Los primeros 15 minutos mantenerlo a 180 grados, y después bajar la temperatura a 160, hasta que la parte superior se haya tostado y una aguja pinchada salga seca, unos 40-45 minutos.

A mí me gusta que se forme una corteza crujiente y que quede un poco seco, si os gusta más tierno, podéis tapar la parte de arriba con papel de aluminio en cuanto se haya dorado, y tenerlo unos minutos menos en el horno.

Feliz desayuno.