La guerra en Ucrania empuja al hambre a regiones como Oriente Medio y la África septentrional debido al encarecimiento “hasta niveles alarmantes” de algunos alimentos, según advirtió hoy el Programa Mundial de Alimentos (PMA).
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Cruz Roja en Ucrania: “Nos estamos quedando sin adjetivos para describir los horrores que ha sufrido la población en Mariupol”EEUU: Encuentra cinco fetos humanos en casa de una activista Anti-AbortoLa razón es que los países de estas zonas dependen en gran medida de las importaciones de productos como el cereal, de los que tanto Rusia como Ucrania son potencias exportadoras.
Por ejemplo, el precio de la harina de trigo y del aceite vegetal aumentó de forma generalizada en ambas regiones: el aceite se encareció en un 36 % en el Yemen y en un 39 % en Siria, mientras que la harina lo hizo en un 47 % en Líbano, un 15 % en Libia y un 14 % en Palestina, según cifras del PMA, con sede en Roma.
“Este año millones de familias tendrán dificultades para comprar incluso los alimentos más básicos, pues la guerra en Ucrania hizo que subieran incluso por encima de los preocupantes niveles de principios de año” a causa de la inflación, se lee en un comunicado del PMA.
Esto, además, se produce a dos días de que comience el mes sagrado del Ramadán, cuando las familias se reúnen para romper el ayuno.
La guerra en Ucrania es un efecto colateral porque la inflación meses antes ya había “puesto los alimentos básicos fuera del alcance de los más vulnerables” en el norte de África y Oriente Medio.
De acuerdo a datos del PMA, el precio de una cesta básica de alimentos, que suple las necesidades mínimas de una familia durante un mes, aumentó en un 351 % en el Líbano, seguido por Siria (97 %) y el Yemen (81 %) a causa de su dependencia de las importaciones, la depreciación de sus divisas y una dura sequía en Siria.
“Estamos extremadamente preocupados por los millones de personas en esta región que ya están luchando para acceder a alimentos debido a una combinación tóxica entre el conflicto, el cambio climático y las consecuencias económicas de COVID-19”, avisó la directora regional del PMA para esas áreas, Corinne Fleischer.
El programa de Naciones Unidas, con sede en Roma, ayuda a casi 19 millones de personas en Siria y el Yemen, pero muchas otras están bajo una mayor presión alimentaria que antes.
Por eso, reclamó más dinero a sus donantes, pues actualmente ya ha tenido que reducir las raciones de alimentos repartidas tanto en Siria como en el Yemen.
“La crisis de Ucrania empeora una mala situación de financiación. Hay necesidades humanitarias inmediatas que exigen atención. En los últimos años, los donantes nos han ayudado a proporcionar alimentos a millones de personas en la región, pero ahora la situación es crítica y es momento de ser aún más generosos”, agregó Fleischer.
Fuente: EFE.