La vida del erizo es sencilla. Entra en hibernación cuando llega el frío, normalmente cuando las temperaturas descienden por debajo de los 10º. Busca un sitio confortable bajo las piedras, entre las raíces de un árbol o cualquier otro lugar, rebaja sus pulsaciones hasta las 20 por minuto y baja su temperatura corporal hasta los 5º. Despierta en marzo o en abril, y en ese momento inicia su periodo reproductor; normalmente tiene dos periodos de celo, en primavera y verano.
La actividad del erizo es nocturna, normalmente crepuscular; este hecho unida a su lentitud y la costumbre de enrollarse como una bola cuando acecha el peligro explica que sea tan sensible a los atropellos. Se distribuye por la mayor parte de Europa.