Pobres vergonzantes.

Publicado el 09 enero 2011 por ArÍstides


EL RICO COME, EL POBRE SE ALIMENTA de Quevedo

En el medievo los “pobres vergonzantes” eran aquellos que estando en situación de pobreza no se atrevían a hacerlo público y recurrían a terceros para socorrerse. Posiblemente en el reino de España nunca, a lo largo de su historia, haya habido tantos como los hay en la actualidad. Son personas que pasan a nuestro lado, con las que incluso coincidimos en diversos ámbitos de nuestra vida, a las que saludamos y deseamos “feliz navidad” sin percatarnos de que para ellas la nochebuena fue una noche mala.

Son producto de la crisis económica: por lo general personas que disponían de un trabajo y de un nivel de vida aceptable, pero que cuando perdieron su empleo y transcurridos más de dos años ya no les quedan ni prestaciones ni ahorros. Prefieren ocultar su pobreza a familiares y amigos, recurriendo a los más íntimos para que les proporcionen socorro. Viven la situación con sumisión, resignación y con la esperanza de que pasado un tiempo todo vuelva a ser como antes. Forma parte de la tradición latina: aguantar los embates de la vida con la solidaridad de los familiares más próximos.

Los pobres vergonzantes frecuentan con discreción los comedores sociales, se nutren de los bancos de alimentos o recurren a recoger en los contenedores de basura los alimentos perecederos, pero en buen estado, que arrojan los grandes supermercados. Son un colectivo amplio -que a falta de estudios podría suponer el 1,5% de la población total- dentro de los 9.000.000 de personas en situación de pobreza (informe de FOESSA) en el estado. La mayoría de ellos son jóvenes o emigrantes y forman parte de ese 1.800.000 de hogares en los que todos sus miembros están en paro.

No tienen aspecto de indigentes, se relacionan con el resto de la población y pasan desapercibidos. Es algo que conocen bien los Trabajadores Sociales o los comedores de Cáritas. Y confían -de otra forma no se puede entender su actitud sumisa- en que los planes de rescate a la banca, la reforma del mercado de trabajo o un golpe de suerte les traiga a ellos algo. Mientras tanto, pasarán a nuestro lado o nos invitarán a una ronda en el bar para que no se note su pobreza.

Algunos datos del informe FOESSA:

– La pobreza llega al 20% de la población.

– El 19,6% la padece de forma moderada (ingresa menos de 6.000 euros al año).

– El 7,2 % la padece de forma severa (ingresan menos de 3.000 euros al año).

– El 40% de los pobres tiene menos de 25 años.