Pochando cebolla.

Publicado el 14 noviembre 2017 por Salva Colecha @salcofa

Seguro que nadie podía imaginar que en la omnipresente sección de tribunales podíamos aprender hasta cosas de cocina, que mira, siempre viene bien ¿Te imaginas a Arguiñano a la puerta de la Audiencia Nacional? Casi que mejor lo dejamos. Por cierto, ¿Sabías lo que es pochar? Pues la verdad es que uno que cuando era crío consiguió hacer una tortilla SIN romper el huevo y que todavía hoy se defiende como puede entre fogones tiene que ir a buscarlo en el recetario que venía con la batería de cocina . Resulta que la cosa no parece nada del otro jueves (o si), todo consiste en dejar que se cueza a fuego lento un alimento, hasta que se ablande. Según la RAE es “1,tr. Freír a fuego lento un alimento. Pochó una cebolla. U.Tc.prnl “, me quedo con la receta de la RAE que parece más fácil. Pues bueno, pochar es exactamente lo que estaba haciendo “El Bigotes” cuando fue molestado en plena clase de cocina para declarar ante la comisión de las Cortes Valencianas . Allí dejó bien clarito que él estaba “a la sombra” pero que eran otros muchos los que tenían que estar, o algo parecido porque la frase exacta parecía redactada por el mismo guionista que Rajoy (¿casualidades?). Ya ves tu que poca consideración, ahora el nuevo Adrià  no va a poder superar el examen de cocina porque fue a contarnos que hacían con nuestros dineros además de regalar payasos a Ana Mato y Sepúlveda “porque eran amigos”, como si esa fuese la mayor de las pruebas de amistad que Correa pudiese dar. La verdad es que si no es porque es deleznable, el show daría para unas buenas risas.


Lo que parece claro es que continuamos escondiendo las vergüenzas bajo la misma tapadera, que si “eldesiempre” anda predicando por Bruselas, que si se fugan empresas.. lo de siempre, ya creo que el mundo nos mira y se ríe. Todo sea por pasar de refilón el que el pobrecito Ignacio González sale de la cárcel, justo antes de que se le descubra que “por arte de magia” le han brotado unos cinco milloncejos de nada allá por las américas, también es mala suerte, ¿verdad? O intentar esconder debajo de la alfombra eso de que en la Audiencia el caso Gürtel avanza inexorablemente y Luis Bárcenas ya no sabe que contarnos.


Pero sin duda el plato fuerte de la semana, el que ha costado un mundo esconder detrás de una estelada tamaño XXL es el hecho de que en el Congreso compareció el que para el PP debe ser peor que “El Hombre del Saco”, el inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef), Manuel Morocho, y nos contó con valentía y sin despeinarse a todos los que quisimos oírlo que lo de la Gurtel era “corrupción en estado puro”, un mecanismo ideado para que empresas adjudicatarias de obra pública pagaran los actos publicitarios y electorales de todos los PP habibles y por haber (locales y nacionales). Además nos dijo sin tapujos que existen indicios de que todos los mandamases del PP, de Mariano Rajoy a Álvarez-Cascos se han forrado con los sobresueldos “de estrangis” en dinero negro (y se hizo el silencio, ya veremos que dicen jueces) Pero ahí acabó todo porque esta gente no se da por aludida y se continua creyendo con autoridad moral para obligarnos a cumplir legalidades que ellos ni conocen.


Pero volviendo a lo que realmente importa. ¿Alguien sabe pochar? Espero que si porque vamos a tener que explicárselo al Bigotes, si no el pobre va a suspender el examen en la cárcel. A no ser que freír unas verduritas no sea lo que esté haciendo esta gente porque igual el Bigotes está tirando de la manta, poco a poco,a fuego lento, pochando la Gürtel. Casi que podíamos preguntarle que está cocinando, por si las sorpresas, no vaya a ser que en un país gobernado por un presidente que indiciariamente cobraba sobresueldos y con cuatro ¿o cinco? ministros reprobados se nos acabe achicharrando la cebolla o que le peguemos fuego a todo directamente. Ya veremos como acaba la receta pero seguro que el menú de bar chusco que nos están cocinando lo que es “estrellas Michelín “ no conseguirá demasiadas, con que no nos haga daño al estómago ya sobra.