La llegada de la segunda ola de la gripe a Gijón, en el otoño de 1918, trajo consigo restricciones de la movilidad, cierre de teatros y escuelas y una campaña de higienización sin precedentes por iniciativa municipal
La llegada de la segunda ola de la gripe a Gijón, en el otoño de 1918, trajo consigo restricciones de la movilidad, cierre de teatros y escuelas y una campaña de higienización sin precedentes por iniciativa municipal