Vinieron con las peores intenciones. Intenciones disimuladas bajo mensajes de revolución social, de limpieza democrática y de lucha contra la corrupción. Y consiguieron el respaldo de quienes siempre están dispuestos a votar con todo conocimiento a políticas liberticidas y de quienes por completa ignorancia e ingenuidad tienden a entregar su confianza a vendedores de utopías.
Bien pronto fueron desenmascarados. Como tantos otros, éstos criticaban en público lo que también ellos hacían en privado. Hablaban contra los ricos al tiempo que conseguían vivir como ricos. Aseguraban que no cambiarían cuando llegaran al poder mientras cambiaban conforme iban conquistando poder. Defendían la democracia interna en los partidos políticos para acabar con la corrupción, pero dirigían el suyo desde el caciquismo más escandaloso. Se nutrieron de regímenes autoritarios corruptos y enemigos de la libertad y con absoluta desfachatez se permitían dar clases al resto de partidos sobre la libertad y la democracia.
Cualquiera que se informe buscando objetividad sabrá sin mucho esfuerzo lo que realmente es Podemos. De hecho, en las sucesivas consultas electorales este partido, cuyo nombre comienza con P de Podrido, su número de votantes fue descendiendo de un modo alarmante. Tan alarmante que, ante un previsible descalabro similar al de Ciudadanos, el PSOE de Pedro Sánchez buscó rápidamente su apoyo para una coalición de gobierno, en previsión de que Podemos pudiera acabar en el chasis si se producía otro adelanto electoral. Así que ahora éstos, los que se presentaban como una nueva generación política alejada de la corrupción aunque sus hechos iban demostrando precisamente todo lo contrario, han logrado alojarse en parcelas de mayor poder.
OK Diario, el medio digital que provoca abundantes gastroenteritis entre el colectivo progre, nos presenta una vez más un retazo de la realidad que no pocos se niegan a reconocer, y que otros muchos ven desde su particular prisma de preferencia política. Podemos es la hez de la política española. Aunque, para ser justos, deberíamos admitir que Podemos es una parte de la hez de la política española.
Ahora bien, seamos serios… ¿existe tanta diferencia entre Podemos y el resto de partidos?
Acceder al artículo de OK Diario aquí.
Login en