Baudrillard al interpretar la sociedad de consumo desde una perspectiva semiótica afinaba en el problema al colocar al consumidor al mismo nivel que el objeto. Ambos son signos de un mismo sistema. Incluso llegaba a coquetear con la idea del el consumidor no poseía al objeto, si no que era el objeto el que poseía al consumidor. Así, desde una posición un tanto catastrofista, nos vemos obligados a aceptar nuestra posición de servidumbre en una sociedad cuya complejidad no llegamos a vislumbrar y ante la que nos vemos superados. La revolución digital ha sido servida jerarquicamente y, a fin de cuentas, somos victimas de nuestra propia libertad digital.
alfonsovazquez.comciberantropólogo