Además, Pablo Iglesias en ese discurso dijo que ellos eran la verdadera oposición al Gobierno de España, aunque no tengan un solo escaño. Un ejercicio muy peligroso, porque aunque me haya parecido original y haya conseguido el objetivo de la repercusión mediática, la forma que ha tenido Podemos de deslegitimar a una institución como el Congreso de los Diputados y, en definitiva, a la democracia, como digo es una práctica muy peligrosa. Y es que a eso juega Podemos, a deslegitimar la democracia, a considerar que el poder está donde están ellos, a considerar que ellos son el poder, porque ellos son el pueblo, a decir que el “régimen del 78” ha muerto, porque ellos así lo han decidido. Y si en las próximas elecciones generales no obtienen los resultados que esperan, no tardarán en criticar la configuración del nuevo Parlamento y a decir que no representa la voluntad popular, porque ellos ya se han erigido como los representantes legítimos del pueblo. Porque si en el acto del miércoles Pablo Iglesias ya se ha autoproclamado jefe de la oposición sin ostentar ni siquiera acta de diputado, como no sea elegido Presidente del Gobierno en las próximas elecciones a lo mejor se autoproclama jefe del ejecutivo, por decisión de las fuerzas ciudadanas, al estilo chavista. Y como comentaba ayer en Twitter, si llega a Presidente del Gobierno, lo mismo acaba autoproclamándose caudillo. Este es el verdadero talante de Pablo Iglesias y Podemos, deslegitimar todo aquello que no controlan, porque ellos son el pueblo y ellos tienen la facultad de decidir quién merece respeto y quien no. Un juego muy peligroso.
Además, Pablo Iglesias en ese discurso dijo que ellos eran la verdadera oposición al Gobierno de España, aunque no tengan un solo escaño. Un ejercicio muy peligroso, porque aunque me haya parecido original y haya conseguido el objetivo de la repercusión mediática, la forma que ha tenido Podemos de deslegitimar a una institución como el Congreso de los Diputados y, en definitiva, a la democracia, como digo es una práctica muy peligrosa. Y es que a eso juega Podemos, a deslegitimar la democracia, a considerar que el poder está donde están ellos, a considerar que ellos son el poder, porque ellos son el pueblo, a decir que el “régimen del 78” ha muerto, porque ellos así lo han decidido. Y si en las próximas elecciones generales no obtienen los resultados que esperan, no tardarán en criticar la configuración del nuevo Parlamento y a decir que no representa la voluntad popular, porque ellos ya se han erigido como los representantes legítimos del pueblo. Porque si en el acto del miércoles Pablo Iglesias ya se ha autoproclamado jefe de la oposición sin ostentar ni siquiera acta de diputado, como no sea elegido Presidente del Gobierno en las próximas elecciones a lo mejor se autoproclama jefe del ejecutivo, por decisión de las fuerzas ciudadanas, al estilo chavista. Y como comentaba ayer en Twitter, si llega a Presidente del Gobierno, lo mismo acaba autoproclamándose caudillo. Este es el verdadero talante de Pablo Iglesias y Podemos, deslegitimar todo aquello que no controlan, porque ellos son el pueblo y ellos tienen la facultad de decidir quién merece respeto y quien no. Un juego muy peligroso.