Podemos, La Casta y el Rey

Publicado el 28 junio 2014 por Elchesemueve Alberto Díaz Calatayud @Elchesemueve

Hoy toca hablar de la actualidad de este país, todavía llamado España. No es difícil hacerlo, ya que cada día la tendencia cambia radicalmente y lo único que se mantiene estable es la indignación de la gente, la corrupción, el paro y los privilegios de unos pocos. Es rara la semana que no nos desayunamos un caso de dirigente "pillado in fraganti" o nuevas leyes que no hacen sino aumentar la distancia entre una élite -La Casta- y el resto de ciudadanos.

Y me apetece mucho escribir sobre el nuevo partido político aparecido a la estela del Movimiento 15M y que ha sorprendido a propios y extraños con sus resultados en la Elecciones Europeas.

Podemos

Pues sí, Pablo Iglesias es el nuevo protagonista de la vida política de este país. Muchos creían que se trataba de flor de un día, pero se han equivocado de plano. El que esto escribe vivió la Transición y puedo decir que, desde entonces, no ha habido un movimiento social ni político que pudiera poner en jaque al sistema establecido desde entonces. Un sistema basado en el Bipartidismo y la Monarquía Parlamentaria. Cierto es que desde aquellos años no hemos vivido una crisis de Instituciones y Valores tan enorme como ahora. Sí, no hablo de crisis económica, ya que esta solo es una consecuencia de lo anterior, pero no el desencadenante real. Más bien ha actuado como combustible que se le echa al fuego para apagarlo. En esta situación se ha incubado un virus que ha causado el rechazo a todo lo establecido desde 1975 y, lejos de ser una anécdota, amenaza -sobre todo a LA CASTA- con quedarse mucho, mucho tiempo.

Es sabido que España es un país cuya ciudadanía tiene unas convicciónes políticas cercanas, en su mayoría, a la Izquierda Moderada y ese hueco lo debía ocupar el PSOE. Desde que el siniestro e indigente intelectual José Luís Rodríguez Zapatero decidiese vender su alma al Neoliberalismo -o Diablo- en 2010, el PSOE no ha hecho más que acumular derrota tras derrota y una pérdida casi total de su masa electoral. A día de hoy es más un partido político en fase de desaparición que una alternativa seria.

Y es aquí donde el Partido de Pablo Iglesias ha sabido recoger los frutos, encarnados en una ciudadanía deseosa de un cambio frente a lo establecido que, además, está podrido de corrupción por doquier. Por supuesto, el aforamiento relámpago del Rey saliente, Don Juan Carlos I, no ha ayudado nada a cambiar la percepción que tienen los ciudadanos sobre la existencia de una élite protegida, lo que unido a la reacción virulenta que los medios de comunicación y mamporreros del PP y PSOE han tenido con Podemos y Pablo Iglesias no hacen más que despejar la senda de la revolución y el cambio. El tiempo lo dirá.

La Casta

Hace poco más de un año, la Cadena Ser publicaba una encuesta en la que los ciudadanos mostraban su repulsa al stablishment partitocrático y lo hacían de forma rotunda. En la imagen inferior se pueden consultar parte de los resultados.

Por supuesto, esta encuesta fue silenciada rápidamente por La Casta, no fuera que la ciudadanía se enterara de sus fechorías. Un burdo intento por mirar para otro lado a la espera de que se apacigüen los ánimos. Nada más lejos de la realidad. Entre otras cosas, la encuesta arrojó estos resultados:
  • Un 88% de los españoles cree que los partidos políticos forman parte de una élite, a las que se suman grandes empresarios y banqueros, y que trabajan solo en la defensa de los intereses de unos pocos.
  • Un 59% de los ciudadanos aprueba los escraches como única manera de hacer valer sus derechos frente al abuso de los poderosos.
  • El 87% rechaza de plano el biparditismo, incluso entre los votantes de derecha, que ya es decir.
  • Los Sindicatos pasan a formar parte del Régimen establecido, es decir, La Casta, ya que cuentan solo con el 18% de apoyo. Ciertamente, se lo han ganado a pulso.

Viene a colación dicha encuesta para explicar a los muchos descerebrados, caraduras y aprovechados de la vida de este país, que además coincide que son políticos profesionales, lo que es LA CASTA. Una élite de unos pocos privilegiados que apenas ha dado palo al agua o que simplemente están ahí por ser amigo de, algo por otra parte muy español. Casos como el de los tres expresidentes del Gobierno, Aznar, Felipe González y Zapatero, que viven de los Presupuestos del Estado desde hace años y que lo harán hasta el fin de sus días. Esto podría ser hasta lógico, dado el cargo que ocuparon en su momento, pero no se trata de casos aislados. Hay un sinfín de ex-cargos de más o menos relevancia con sueldos vitalicios y prebendas de por vida. Eso sí, por ley, por unas leyes que ellos mismos aprueban como si se tratara de su cortijo particular. En realidad lo es. No contentos con esto, tienen permiso incluso para ejercer profesionalmente, algo que no pasaría de normal si no fuera porque, curiosamente, acaban en los Consejos de Administración de empresas a las que previamente habían beneficiado. Suena a guión de Telefilm, pero es real.

Y son estos siniestros sujetos los que impiden que tengamos en este país una Democracia Real, que es lo que está demandando la sociedad desde hace años. Y son estos ciudadanos los que están salvando la Democracia dando su confianza en forma de votos a alternativas derivadas de Movimientos Sociales, como Podemos, por poner un ejemplo. La ciudadanía ha entendido que la Democracia no es votar cada cuatro años y esperar que quien ha salido ganador haga lo que le dé la real gana, incluso como el PP con su famoso Programa Electoral Oculto, que no tuvo empacho en incumplir y llevar a la máxima expresión aquello de quemar después de leer.

El Rey

Juan Carlos I abdicó hace un mes y ha dejado su puesto a Felipe VI. Hasta ahí todo normal. Lo llamativo es la rapidez que han tenido a bien llevar los poíticos de corte monárquico para salvaguardar a Su Majestad de posibles porblemas futuros. Para ello han acelerado el proceso de aforamiento de Juan Carlos de Borbón, lo que le permitirá blindar su figura y convertirla en inviolable -aunque digan que no es realmente así-. Recordemos, estamos en el Siglo XXI y esto debió sonar mucho allá por el Siglo XVI.

Digamos que esta Ley lo que pretende es que Juan Carlos de Borbón no sea juzgado como cualquier ciudadano de a pie, sino por el Tribunal Supremo. Atrás queda la famosa frase del protagonista en un discurso de Navidad donde decía, con aparente convicción y a colación de las fechorías de su yerno aquello de: "La Ley es igual para todos". Bueno, añadamos el adverbio "casi".

Y la aprobación de esta ley lo que pretende es tener mejor controladas las aventuras judiciales de jueces de instancia que tanto "daño han hecho" a La Casta y otras institiciones protegidas por el Estado, como el Juez Castro, Garzón o Silva. El mensaje de fondo es que los jueces del Tribunal Supremo son más maleables que los primeros y, por ende, más controlables. Es una forma indecente de evitar que aparezcan por todos los Juzgados de España futuras y posibles querellas contra el Rey saliente y se torne una fiesta mediática de difícil control. En definitiva, un flaco favor a un personaje que otrora gozó de gran prestigio durante muchos años y que ahora lo va perdiendo a borbotones.

Para entendernos, se trata de proteger su figura resumiendo esto en un por ser quien sois y se altera el derecho constitucional al juez determinado por la Ley. Pero estos sujetos de La Casta ya han demostrado otras veces que La Constitución es otro jardín privado para uso y disfrute de unos pocos privilegiados.