Imagen enlazada con La web de Joan Vizcarra
Parece que en España seguimos con las viejas costumbres, con los tradicionales caciquismos, da igual que sea en un pueblo o en la gran ciudad, o en la gran nación. En cuanto alguien pierde el poder, por mucho dinero que tenga, en cuanto la cague directo a la cárcel. Que, ojo, no me parece mal que hayan metido a Bárcenas, de hecho me parece estupendo, aunque sólo sea por las razones que pone el juez Ruz encima de la mesa: peligro de fuga y posible destrucción de pruebas.
Lo que pasa es que si no dudo que se pueda fugar -dinero tiene de sobra para ello-, desde luego no creo que le interese el tema de la destrucción de pruebas, que es con las que tiene cogido por los importantes a todas las cúpulas del PP, las de ahora de Rajoi y compañía, y las ex, de Aznar y secuaces. Esas pruebas son las que van a garantizar que, o bien salga pronto de la trena, o bien no se lo carguen estando dentro, porque seamos realistas: el PP de esta no se salva. No es que no acabe bien parado -ahí ya estamos-, sino que no se salva.
La orden la daría Rajoi, y la extremaunción igual tendrían que llamar a Rouco Varela; desde luego no me extrañaría. Lo que sí me extraña es que las cosas, por el momento, sigan como si nada, a excepción de los medios, que no hacen más que su gran papel informador, claro. Me gustaría saber si ha ido alguien del PP a decirle algo, a tomarle el pulso, a amenazarle o tomar amenazas. De esto harán película pero fijo. Y no saldrá en los libros de historia, porque ya se encargará Wert de ello; total es especialista en des-formación.
Se han anunciado subidas para hoy, como la del tabaco, pero me gustaría saber si se hablará hoy de Bárcenas en la cámara. Si la oposición hace bien su trabajo, se hablará, si no seguiremos en lo de siempre; políticas del despiste, y cortinas de humo varias, que lo de Bárcenas es notición, pero si nos quitan el tabaco se arma.
Lo que está claro es que hoy, más que nunca en lo que llevamos de gobierno popular, es donde nuestra democracia, la española, puede tambalearse de verdad. O es el principio del fin, o el fin del principio. Esperemos que lo primero, porque nos hace falta de verdad. Espero que sea hoy el día en que, en España, se nos compare con los 300 espartanos que lucharon entonces por la libertad.
Pero nada, todo ilusión y falsas esperanzas. De hecho he tenido que bajar el puño, y la mirada, para poder seguir escribiendo, y terminar, una vez más, otro artículo en Internet.