La supervivencia está supeditada a la lucha -eufemismo de guerra- permanente, a distintas formas de dominación y por lo tanto de poder, no se puede cambiar de sociedad sin antes transformar las relaciones que estructuran el actual paradigma que impera de dominado-dominante. El reino de la libertad no admite el poder ni la jerarquía como organización social.
El poder se alimenta de más poder; es un circulo vicioso en el que queda atrapado el ser humano en una guerra permanente por el poder. La estructura omnipotente y omnipresente que determina la voluntad del individuo y de la sociedad entre dominados y dominadores. La estructura psicológica que define por lo tanto el carácter del individuo moderno está más allá de cualquier creencia ideológica, religiosa o filosófica.
La desconfianza justifica y garantiza el orden ejercido por la autoridad.