Pero no sé si creérmelo. Ningún dato de los aportados parece indicarlo. Pero está bien que ante una batería de realidades negativas los directivos de la filial de Volkswagen en España se apoyen en las expectativas para ser optimistas.
Y en el marketing, inventando el palabro Enjoyneering (la yuxtaposición de la forma de ser española y alemana), un concepto que consideran les diferenciará en el mercado. “Tenemos un aire latino y una excelencia alemana, algo de lo que carecen nuestros competidores”. Lo define introduciendo en la comunicación elementos emocionales. “Nos apasiona la perfección, nos emociona la tecnología”.
Toda la Seat rezuma optimismo a pesar de presentar unas pérdidas de 61,5 millones de euros el pasado ejercicio (el resultado de explotación fue sensiblemente peor, hasta llegar a los 231,9 millones), los miembros del comité de dirección de la automovilística Seat se mostraron contentos con los logros alcanzados durante el pasado ejercicio. “Hemos cumplido con los compromisos adquiridos mejorando todos los indicadores y este año queremos seguir en la misma línea”, apuntó Muir.
Uno de los ítems que más destaca la información facilitada por la filial alemana es el aumento de su producción, en un 5,5%, en la planta de Martorell medido en número de unidades. Pero si observamos los crecimientos, vemos que el aumento se debe al inicio de la producción en dicha factoría de la línea del Audi Q3. De los 353.000 vehículos producidos, 19.600 lo son de Q3 mientras que los de marca Seat descendieron en 1.250 unidades respecto de las producidas en 2010 (335.000). O sea, que la mejora en las pérdidas se ha debido a que Seat se ha decidido a fabricar para otra marca y no tanto porque se vendan más automóviles Seat.
Para conseguir alcanzar beneficios es imprescindible que Martorell trabaje a plena producción, nos dicen, situación que no se producirá hasta bien avanzado 2013 si se cumplen las previsiones y se fabrican las inicialmente previstas 200.000 unidades del nuevo Seat León que se presentará a finales de este ejercicio. Pero ello dependerá de la aceptación del nuevo modelo en el mercado.
Aunque en puridad realmente la gestión de la fábrica y la marca deberían separarse ya que Seat vende vehículos con su marca fabricados en otros países como el Alhambra que se produce en Portugal, el Mii en Eslovaquia o el Toledo en Chequia.
Otra de los argumentos para ser positivos se centraba en la renovación de su liderazgo en el escalafón español de constructores. Desde 1979 que no estaban en el número Uno pero es un ranking fatuo ya que en 2011 las matriculaciones en el mercado español del automóvil se situaron al nivel de 1993. Esta tendencia a la baja ya lleva tres años y las previsiones de fabricantes y vendedores es que este año continúe y llegue a situarse por debajo de los 800.000 vehículos. Seat solo vende el 20% de su producción en España, uno de cada cinco coches.
Es por ello que el británico Muir y su equipo han tenido que redoblar esfuerzos con la apertura de nuevos mercados. La mejora de los datos de la cuenta de resultados de Seat se debe fundamentalmente a un mejor comportamiento de las ventas exteriores como muchaso tras empresas patrias.
Muir sabe que sus competidores son las marcas del Sur de Europa, las francesas e italianas pero se tiene que ir a vender cada vez más lejos. “China, México y Rusia son nuestras apuestas de futuro”. Sabe que el coste del transporte los hace menos competitivos.
Ahora están embarcados en potenciar su presencia en China siendo Seart la última marca del grupo en aterrizar allí. “Estamos en la primera fase. Tenemos claro que nuestro poryecto chino no pasa por vender unas miles de unidades en aquel mercado. Para tener éxito es preciso fabricar allí”, sentencia Muir que, aunque esconde sus cartas, ya tienen en proyecto, si Seat consigue hacerse con una cuota de mercado estable y creciente, montar una factoría en aquel país, un proceso que de llegar vendría más allá de 2013.
Señalar además una salvedad del auditor de PWC, Josep Solé Farré, indicando la necesidad que tiene Seat de ofrecer una mayor transparencia, obligación refrendada por ley, en las retribuciones percibidas tanto por el consejo de administración de la entidad como por la alta dirección ya que en el informe anual no se especifica el detalle de éstas ofreciendo tan solo una cifra agregada de 5,4 millones de euros, un 60 % superior a la cobrada en 2010.