La nueva película de Tim Burton no es todo lo grande que podía haber sido…. entretiene, sí, pero le falta algo… ¡guión! Vayamos por partes…
La historia parece interesante. En 1776, una bruja (Eva Green) se enamora de un chico de buena familia, Barnabás Collins (Johnny Depp), el cual no corresponde su amor. Ésta, despechada, mata a la nueva novia del joven y le encierra como vampiro en un ataúd para que sufra eternamente su pérdida. Sin embargo, éste despierta casi 200 años después, en un mundo que le es ajeno y buscando restaurar el buen nombre de su familia. Tras volver a su casa, la cual está en un estado deplorable, se cruza de nuevo con la bruja, la cual es una próspera mujer de negocios muy respetada en el pueblo y que sigue obsesionada con Barnabás.
Sin embargo, tal y como hemos apuntado anteriormente, el guión de la película acaba siendo un lastre para la misma. Tras un comienzo interesante y divertido, asistimos a una parte central de la película en la que apenas se desarrolla la historia (y las pocas cosas que pasan y son divertidas, ya nos las ha mostrado el tráiler, cómo no), que se sostiene por los pelos gracias al buen hacer de los actores.
De este modo asistimos a una comedia descafeinada, con unos cuántos golpes muy gamberros y divertidos (el de la "M" es bestial, ya lo veréis), pero que pierde mucha fuerza por el maldito tráiler que nos muestra, sin exagerar, como la mitad de ellos, y que nos revienta más de la mitad de la trama de la película (también sin exagerar un ápice). Esto, unido a un guión bastante endeble y muy irregular (con un inicio y final bastante interesante pero que sustenta toda su parte central en unos pocos golpes cómicos, la mayoría de los cuales ya hemos visto en el tráiler), provoca que una comedia gamberra y atrevida en algunos momento (y que podía haberse convertido en una buena película) se quede en una película entretenida, algo predecible y que aprueba por los pelos.