Mil poemas yo he leído,
en esta pasante vida,
dedicados al amor,
y hasta al mar se le ha hecho rima.
Versos al ser amado,
al dolor y a hechos pasados,
todos hemos olvidado,
al que siempre anda en las manos.
Curioso y pequeño artefacto,
los hay de múltiples vistas,
mucho nos ha transformado,
con el nos creemos artistas.
Presente en todo momento,
que hasta para cagar contento,
las ganas nos aguantamos,
con tal de tener para rato
todo el celular cargado.
Almuerzo, comida o cena,
Claro no puede faltar,
pues lo amigos esperan,
lo que vamos a merendar.
¡Nos vale gorro la vida!
Con tal de darnos un gusto,
Mientras la selfie sea buena,
No importa si el lugar es brusco.
No hacen faltan terapias,
levantar el autoestima,
un buen puñado de likes,
nos llevan hasta la cima.
Ya no se socializa,
como en los tiempos de antaño,
ya no se comadrea,
como en los días de lavado.
¡Aguas y lo perdemos!
aunque sea un poquito de vista,
pues el mundo se derrumba,
como si fuera la vida misma.
Causante de varios conflictos,
Todo se mal interpreta,
-¡No dejas el celular,
debe de ser tu otra vieja!-
Muchos le sacan provecho,
ganan lana sin despecho,
a otros los vuelve tarados,
andan todos despistados,
si viene la de Badabun,
pídanle más de cien varos.
Es un buen tumbaburros,
aprender ya es del pasado,
basta teclear en el Google,
lo que tanto hemos buscado.
Ya con esta me despido,
celular tan atrevido,
¡caray autocorrector!
siempre me causas furor,
Googleaba videos de nudos,
y tú me pones desnudos,
como yo no le hago al feo,
en otro rato los leo.
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“Agradezco sus comentarios y no duden en compartir si les pareció simpático este verso, dedicado a ese fiel amigo que nos acompaña siempre, el celular”