Poema de amor busca mujer:
sin límites de primaveras,
pero de pocos otoños.
Buena salteadora de tristezas.
Apostadora de vez en cuando a lo perdido.
Vacunada contra lo imposible.
Imprescindible sonrisa a manos llenas.
Se valorará capacidad de confidencia.
Abstenerse corazones de oro,
damas de respetables costumbres,
princesas de torneadas almenas.
Se ofrece:
despacho propio en estos versos
con vistas a un aguacero de dudas.
Sueldo ninguno, pero comisión en los sueños.
Inmediata incorporación a la complicidad.
Interesadas entrar sin llamar
no sin antes haber quemado
todo tipo de referencias.
Pedro Flores (Las Palmas de Gran Canaria, 1968).